El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, entró sonriente a uno de los salones de conferencia de la ONU, en Nueva York, acompañado de su similar de Guayana, David Granger, quien por el contrario, lucía menos amigable.
Ambos venían escoltados por el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Ban Ki-moon, quien, frente a la prensa, los tomó de las manos y las juntó como símbolo de amistad. Granger no parecía muy convencido.
No obstante, ambos firmaron un acuerdo para que la disputa por el territorio Esequibo, que incluso los llevó a retirar a los embajadores de ambas naciones, se solucione siguiendo los procedimientos internacionales.
Una comisión técnica de la ONU, viajará a Venezuela para determinar a quien le pertenecen los 159 542 km² que mantienen a ambas naciones en un intenso conflicto diplomático desde que españoles y holandeses no hicieron un buen trabajo delimitando el territorio, a finales de los 1700.
“Hemos tenido una reunión completa, tensa y difícil” dijo Maduro. Sin embargo, aseguró que confía en el trabajo que realizará la ‘comisión’ “sobre las circunstancias actuales de Esequibo y posteriormente establecer un tiempo límite para la resolución del conflicto por los canales regulares”.
El presidente de Venezuela sostuvo que busca establecer fuertes “relaciones de hermandad con Guayana”, por lo que ambos presidentes ordenaron el restablecimiento inmediato de sus embajadores.
Algunos analistas aseguran que Esequibo podría alojar un gran yacimiento de petróleo, lo que lo vuelve un territorio de mucho interés.