María Elena Arévalo, la chilena mejor conocida como "Mami Nena", tiene 81 años y un nieto que la introdujo en el mundo de los videojuegos.
¡Vamos Mami Nena! ¡Muévase a la izquierda! ¡Cuidado, ya han matado a unos de sus compañeros!”, dice Héctor Carrasco, el nieto, de 20 años, mientras avanza en una partida en línea del videojuego Free Fire.
La pérdida de su esposo fue un golpe para esta anciana. "Pasaba sola, encerrada en mi casa. Un día me dijo (el nieto) vamos a jugar", recordó Arévalo. A lo que le respondió: "¿A qué voy a jugar ... Si yo no sé jugar, ni menear el mouse?".
Pero eso fue solo al principio. Hoy la abuela gamer se bate como cualquiera en un juego en equipo de hasta 50 participantes, donde lo mismo cae desde un paracaídas en una isla o en cualquier otro sitio en busca de armas y equipos para acabar con el resto de los jugadores.
"Al principio no pensé que iba a llegar tan alto", dijo a la Voz de América Carrasco de su abuela, que recibió una placa de YouTube por sobrepasar los 100.000 seguidores. Al momento de publicar este reportaje Mami Nena tenía 43 videos colgados en su canal "Hola Soy Mami Nena" y 649.000 suscriptores.
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Mientras espera que el juego cargué, el personaje con el que esta abuela chilena entra al mundo ficticio de Free Fire está siempre acompañado de un pájaro parecido a una ave fénix. Mami Nena tiene la fantasía de que se trata de su fallecido esposo, Benito.
"De a poco me empecé a sentir mejor, ya no era tanta mi soledad porque estaba pensando que tenía algo que hacer", recordó la anciana sobre el comienzo de su experiencia en línea.
Eran los tiempos en que la pandemia del COVID19 llevó a buena parte del planeta al aislamiento para prevenir el entonces mortal virus.
Mami Nena y su nieto empezaron por la plataforma Tik Tok, recuerda Carrasco, donde alcanzaron los cuatro millones de seguidores, antes de que le robaran la cuenta.
En YouTube también hacen transmisiones en vivo para interactuar con los seguidores.
Al comienzo dedicaban al videojuego dos horas al día, tres veces por semana, durante un año. Así hasta que Mami Nena alcanzó los puntos necesarios para calificar a la liga de rango "Heroico", el segundo nivel más competitivo del videojuego.
Y aunque la abuela es la protagonista, a cargo de las plataformas digitales siempre estuvo su nieto, quien estudia actualmente Administración de Empresas, motivado en parte por el éxito que consiguió junto a Mami Nena.
Fama más allá del mundo virtual
Pero la fama de esta abuela chilena traspasa la barrera digital. En Llay Llay, una ciudad a 90 kilómetros de Santiago, donde vive Mami Nena, la gente la reconoce.
A veces se le ve caminar acompañada junto a su nieto y a su hija por el centro de la ciudad donde hace las compras de la semana. Y no pasa desapercibida. Sus vecinos la reconocen y hasta bromean con ganarle una partida. Pero ella los desafía.
“La Mami Nena es famosa porque como sale en Tik Tok. Imagínese a la edad que tiene y jugando, juega mejor que un niño o un adolescente”, dice sonriente a la VOA Amanda Vergara, una vendedora de ropa local en Llay Llay, que detuvo a Mami Nena para saludarla y fotografiarse junto a ella.
De regreso a casa, Mami Nena repasa sus cajones donde atesora fotos familiares y recortes de periódicos que narran sus hazañas en el mundo del videojuego. También ha sido distinguida por la compañía detrás de Free Fire, Garena, que la invitó a un evento en México.
Mami Nena también ha recibido otros galardones, entre ellos uno que otorga la Pontificia Universidad Católica de Chile, que la reconoce como uno de los 100 líderes mayores en 2023. Este reconocimiento está destinado a destacar a personas de 75 años o más que, con su experiencia, conocimiento y entrega, contribuyen al desarrollo del país y lideran cambios sociales.
Con su nieto estudiando lejos de casa y debido a una esclerodermia que le produce un endurecimiento de la piel, Mami Nena está menos activa en el juego pero siempre que puede regresa a la mesa y tiene un mensaje para todos.
“No importa que no jueguen Free Fire, que jueguen otra cosa, pero tienen que hacer algo, porque de lo contrario quedamos ahí nomás, entonces no vamos a poder salir adelante. Tenemos que hacer algo, aunque sea ir a un centro de adulto mayor para reír o conversar", aconseja convencida Mami Nena.
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