Los legisladores y activistas prodemocracia rechazaron el martes las disculpas ofrecidas por su lideresa en relación con una impopular propuesta de ley sobre extradiciones, exigieron su renuncia y que la iniciativa sea cancelada por completo.
La petición de “otra oportunidad” de Carrie Lam atrajo una serie de críticas, aunque los miembros de los partidos políticos a favor de Beijing y el gabinete de Lam, el Consejo Ejecutivo, expresaron su apoyo.
Algunos activistas dijeron que, si el gobierno no cumple con aquellas y otras demandas para las 5 de la tarde del jueves, tienen planeado un “movimiento de resistencia”. El domingo hubo una pacífica pero ruidosa marcha en la que participaron cientos de miles de personas preocupadas de que el proyecto, en caso de volverse ley, merme la autonomía legal de la excolonia británica.
“En reconocimiento de la ansiedad y el temor causados por la propuesta de ley en los últimos meses, si no tenemos la confianza del pueblo no procederemos de nuevo con el ejercicio legislativo”, dijo Lam.
“No procederé con este ejercicio legislativo si no pueden resolverse estos temores y ansiedades”, añadió.
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Tras la última ronda de protestas, los legisladores hongkoneses tenían programado reunirse el miércoles. Una propuesta de moción de censura por legisladores a favor de la democracia también estaba en la agenda, pero fueron superados en número por los miembros a favor de Beijing. Las autoridades también debían preguntar sobre las quejas de abuso de fuerza policial contra algunos manifestantes.
Claudia Mo, miembro prodemocracia del Consejo Legislativo, dijo que la presentación de Lam del martes ante la prensa era “totalmente inaceptable”.
“Se negó a abordar las demandas de toda la comunidad de Hong Kong”, dijo Mo e informó que la misma Lam reconoció que el resto de los tres años de su periodo probablemente serían “muy, muy difíciles”.
“No sólo su disculpa no fue sincera, fue falsa. Debemos señalar que Carrie Lam ha creado una crisis de gobierno”, dijo Joshua Wong, un disidente que se unió a las protestas del lunes luego de ser liberado de un periodo en prisión de un mes por su participación en las manifestaciones de 2014.
La policía empleó gases lacrimógenos, porras de metal y balas de goma contra los manifestantes en enfrentamientos ante la sede del gobierno el miércoles pasado. Algunos manifestantes montaron esfuerzos de “resistencia” en una cercana estación de metro.
Las protestas tuvieron escenas similares a las manifestaciones de 2014, cuando la gente acampó durante semanas en las calles pidiendo elecciones directas de director general de la ciudad, que es designado por un comité a favor de Beijing.
Una de las preocupaciones asociadas con la reforma es que pueda utilizarse para enviar a personas críticas con el gobierno del Partido Comunista a China continental, donde afrontarían acusaciones políticas vagas, así como la posibilidad de tortura y juicios injustos.
Lam insiste en que la legislación es necesaria para que Hong Kong haga justicia y no se convierta en un imán para fugitivos.