Milicianos del grupo Estado Islámico, muchos de ellos extranjeros, se entregaron a combatientes respaldados por Estados Unidos en el oriente de Siria el miércoles, poniendo a la fuerza liderada por los kurdos más cerca de controlar por completo la última zona aún tomada por los extremistas, dijeron un funcionario kurdo y activistas.
Çiyager Amed, un oficial de las Fuerzas Democráticas Sirias, confirmó que se entregaron los combatientes del grupo EI que habían estado atrincherados en Baghouz.
No especificó cuántos eran. Dijo que la mayoría de los que se quedaron eran iraquíes y extranjeros, y que algunos civiles permanecían en la pequeña zona que todavía controla el grupo EI, aunque mujeres y niños seguían saliendo del enclave.
La captura de Baghouz y las áreas cercanas podría marcar el fin de una devastadora campaña global que ya lleva cuatro años contra el grupo extremista. El presidente Donald Trump declaró que el grupo está casi derrotado y anunció en diciembre que retiraría a las fuerzas estadounidenses de Siria.
Amed dijo que se redujo la intensidad del operativo ya que los milicianos utilizaron a civiles como escudos humanos.
Mustafa Bali, vocero de las fuerzas sirias, dijo que cientos de mujeres y niños salieron el miércoles.
Bali también dijo que los combatientes que se quedaron parecían ser parte de la muy experimentada élite del grupo EI y combatían "ferozmente".
"Tampoco tienen otras opciones. Es entregarse o morir", dijo. Agregó que las mujeres y niños que salían son tratados como civiles "aunque sean familias de Daesh", usando el acrónimo árabe para referirse al grupo.
El sábado, las fuerzas sirias iniciaron una ofensiva para capturar el último tramo de territorio controlado por el grupo EI. Se creía que cientos de combatientes del grupo EI hacían su última resistencia ahí tras meses de lucha. Han respondido a los ataques con coches bomba, francotiradores y trampas, y han utilizado a personas como escudos, según las fuerzas sirias.
El combate más reciente causó un éxodo de aproximadamente 20.000 civiles de Baghouz y áreas circundantes, muchos de ellos de esposas e hijos extranjeros de los milicianos del grupo EI.
Las fuerzas sirias tienen detenidos a cientos de combatientes extranjeros que dicen que son una carga para la fuerza, pero sus países no los quieren de regreso.