Familiares de hermanos Menéndez piden que sean excarcelados ante nuevas evidencias de abuso

Anamaría Baralt, sobrina de José Menéndez, habla durante una conferencia de prensa para anunciar los avances en el caso de los hermanos Erik y Lyle Menéndez, el miércoles 16 de octubre de 2024, en Los Ángeles.

Familiares de Erik y Lyle Menéndez, que mataron a sus padres en 1989 en EEUU, pidieron su excarcelación ante nuevas evidencias de abusos a los que fueron sometidos y afirmaron que la opinión pública los “vilipendió”.

Varias generaciones de familiares de Erik y Lyle Menéndez pidieron el miércoles que los hermanos sean excarcelados, argumentando que merecen estar en libertad a pesar de que fueron condenados a cadena perpetua por asesinar a sus padres en 1989, luego de que presuntamente fueron “violentados” y agredidos sexualmente por su padre.

En una conferencia de prensa realizada en el centro de Los Ángeles, los familiares de los Menéndez afirmaron que la opinión pública estadounidense “vilipendió” a los hermanos tras los asesinatos, los cuales recibieron atención a nivel nacional, y que los miembros del jurado que los condenaron a cadena perpetua sin derecho a libertad condicional en 1996 formaban parte de una sociedad que en ese momento no estaba preparada para escuchar que los niños varones podían ser violados.

Joan Andersen VanderMolen, hermana de Kitty Menendez, afirma que la familia en general desconocía el alcance de los abusos, y que lleva años tratando de asimilar lo que sucedió.

“Quedó claro que sus acciones -aunque trágicas- fueron la respuesta desesperada de dos chicos que intentaban sobrevivir a la crueldad indescriptible de su padre”, dijo el miércoles la tía de los jóvenes, de 92 años.

La conferencia de prensa fue la mayor reunión de varias generaciones de la familia desde que los hermanos fueron sentenciados. El llamado público para su excarcelación —formulado por unos 30 integrantes de ambos lados de la familia— se produce menos de dos semanas después de que el fiscal del condado de Los Ángeles anunció que su oficina revisaría nuevas evidencias para determinar si los hermanos deberían pasar el resto de su vida en prisión.

Lyle Menendez, quien entonces tenía 21 años, y Erik Menendez, en aquel entonces de 18, admitieron que mataron a tiros a su padre, Jose Menéndez, un ejecutivo del mundo del espectáculo, y a su madre, Kitty Menéndez. Argumentaron que temían que sus padres estuvieran a punto de matarlos para evitar que revelaran que José había agredido sexualmente a Erik durante mucho tiempo.

Muchos de los familiares subrayaron que en el mundo actual —más consciente del impacto de los abusos sexuales— los hermanos no habrían sido declarados culpables de asesinato premeditado. Al concluir la conferencia de prensa, los familiares caminaron hacia la oficina del fiscal del distrito para discutir el caso con los fiscales.

“Si el caso de Lyle y Erik se hubiera juzgado hoy en día, con los conocimientos que se tienen sobre el abuso y el trastorno de estrés postraumático, no me cabe duda de que su condena habría sido muy diferente”, dijo Anamaria Baralt, sobrina de Jose Menendez.

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La fiscalía sostuvo en su momento que no había pruebas de abuso sexual y en el segundo juicio que enfrentaron no se permitió mencionar muchos de los detalles de su historia de abuso sexual, lo que condujo a su condena. La fiscalía aseguró que los hijos iban por el multimillonario patrimonio de sus padres.

George Gascón, el actual fiscal de distrito, dijo este mes que no hay duda de que los hermanos cometieron los asesinatos, pero que se tomará la decisión de si el caso amerita una nueva sentencia una vez que la fiscalía examine las nuevas evidencias. La audiencia está prevista para el 26 de noviembre.

La fiscalía dijo el miércoles que se reunió con los familiares tras la conferencia de prensa y que ya se revisan las pruebas en el caso y la sentencia.

“Nuestra oficina ha desarrollado un entendimiento más moderno de la violencia sexual desde que los hermanos Menendez fueron procesados por primera vez”, aseguró la fiscalía en un comunicado. “Hoy en día, nuestra oficina reconoce que la violencia sexual es un problema generalizado que afecta a innumerables personas — de todas las identidades de género — y estamos comprometidos a apoyar a todas las víctimas mientras enfrentan el profundo impacto de semejante trauma”.

Pero no todos los miembros de la familia creen que los hermanos deben ser excarcelados.

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El hermano de Kitty Menendez, Milton Andersen, de 90 años, dijo a través de su abogada que cree que “la sentencia adecuada” es cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional. Andersen no estuvo disponible para una entrevista.

“Él cree que no hubo ningún abuso. Cree que el motivo fue pura codicia, porque se acababan de enterar que iban a ser excluidos del testamento”, dijo Kathy Cady, abogada de Andersen.

Entre las pruebas que examina la fiscalía se incluye una carta escrita por Erik Menendez que, según sus abogados, corrobora las acusaciones de que su padre abusó sexualmente de él.

Roy Rossello, exintegrante del grupo de pop latino Menudo, también declaró recientemente que Jose Menendez lo drogó y violó cuando era un adolescente en la década de 1980.

Menudo estaba bajo contrato con RCA Records, la disquera que Jose Menendez dirigía en aquel entonces.

Rossello habló de sus abusos en la docuserie de 2023 para Peacock “Menéndez + Menudo: Boys Betrayed”. Estos señalamientos son parte de las pruebas enumeradas en la solicitud que presentó la defensa el año pasado para que se revisara su caso. Según la petición, Rossello dijo que Jose Menendez lo violó en dos ocasiones.

Aunque no se mencionó que Kitty Menendez abusara de sus hijos, habría facilitado los abusos, según la solicitud. Una prima declaró durante el primer juicio que Lyle le dijo que tenía miedo de dormir en su recámara porque su padre entraba y le tocaba los genitales. Según la petición, cuando la prima se lo contó a Kitty Menendez, ésta “arrastró furiosamente a Lyle por el brazo y lo obligó a subir las escaleras”.

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Otro miembro de la familia testificó que había una norma en la casa de los Menendez en la que no se le permitía a nadie caminar por los pasillos frente a las recámaras mientras Jose Menendez estaba con alguno de sus hijos la habitación, detalla la petición.

“Trataron de protegerse de la única forma que sabían”, dijo Brian A. Andersen Jr. sobrino de Kitty Menendez. “En lugar de ser vistos como víctimas, fueron vilipendiados”.

“Ya no son una amenaza para la sociedad”, agregó.

Los abogados de los hermanos dijeron que desde un principio la familia consideraba que debían ser acusados de homicidio involuntario y no de asesinato premeditado. El homicidio involuntario nunca fue una opción para el jurado durante el segundo juicio, señaló anteriormente el abogado Mark Geragos.

“Nadie en el mundo estaba preparado para escuchar que los chicos podían ser violados”, dijo Joan Andersen VanderMolen, añadiendo que “hoy sabemos que no es así”.

El caso ha cobrado fuerza en las últimas semanas luego de que Netflix lanzó la serie “Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez”.

Geragos dijo que espera que los hermanos Menéndez sean excarcelados a tiempo para festejar el cumpleaños 93 de Joan Andersen VanderMolen el próximo mes.

“No hay nada que le gustaría más que tenerlos en casa para el Día de Acción de Gracias”, dijo Geragos.

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