En una masacre sin precedentes, un grupo de individuos han estado cazando elefantes en Camerún y todo por el alto valor que tienen los colmillos de estos animales. Hasta el momento la cuenta equivale a casi 300 elefantes que han perdido la vida.
El Fondo Internacional para el Bienestar Animal, que posee oficinas centrales en el estado de Massachusetts, Estados Unidos, acusó a una banda armada de Sudán de matar a los elefantes del Parque Nacional de Bouba Ndjida, ubicado cerca de la frontera con el Chad.
El portavoz del Fondo, Adrian Hiel, se mostró preocupado por el tamaño y el alcance de la matanza que según registros comenzó a mediados de enero.
"El número de implicados y la infraestructura que se necesita para tener una organización como esta es muy preocupante. Eso es una gran operación en un gran territorio", dijo Adrian Hiel.
Hiel agregó que la enorme demanda de marfil en el Lejano Oriente, sobre todo por parte de Vietnam y China, están “fomentando que la caza furtiva sea llevada a cabo por sofisticadas organizaciones criminales.”
Incluso, hay grupos internacionales que han afirmado que la transición en esta práctica ha provocado que la población de elefantes y rinocerontes disminuya de manera alarmante.
Los activistas instaron a los gobiernos para hacer frente a la demanda de marfil y para equipar y capacitar adecuadamente a los funcionarios del parque de seguridad para protegerse contra los cazadores.
El año pasado salió al mercado una cantidad record de marfil ilegal que equivalía a casi 23 toneladas del preciado material.