La elección se decidió a favor de los demócratas gracias a los votos de los grandes centros urbanos de Virginia, donde hay gran presencia hispana y gente joven recién llegada.
El demócrata Terry McAuliffe ganó la gobernación de Virginia en una competencia más reñida de lo anticipado contra el conservador del Tea Pary, Ken Cuccinelli.
Con los resultados de 97 precintos, McAuliffe sacaba una ventaja de 1 punto porcentual, 47 a 46.
En la otra elección para gobernador, el estado de Nueva Jersey escogió al republicano y posible aspirante a la presidencia del país, Chris Christie, que derrotó de manera cómoda a su oponente demócrata, la senadora estatal Barbara Buono.
McAuliffe logró ganar en los grandes centros urbanos de Virginia, especialmente en los suburbios de Washington –con mayor presencia de hispanos y gente joven—cuyos resultados fueron anunciados al final de la noche, luego de horas en que Cuccinelli llevó la delantera en el recuento.
La elección tenía connotaciones nacionales y en cierto modo fue un referéndum por las grandes ideas políticas del momento: la interpretación de la opinión pública sobre la Ley de Salud también conocida como Obamacare y el camino, demasiado extremista o no, del partido republicano.
La Voz de América entrevistó al analista político Israel Navarro para analizar los resultados electorales camino a las elecciones de 2014 y 2016
McAuliffe fue apoyado fuertemente por el partido demócrata, y tanto el presidente Barack Obama como el expresidente Bill Clinton ayudaron en la campaña, promoviendo a la vez el Obamacare.
Cuccinelli, uno de los favoritos del Tea Party, fue apoyado por Marco Rubio y otros notables conservadores.
En un emotivo discurso de concesión, Cuccinelli dijo que “la elección se había decidido por muy poco a causa del Obamacare”. Dirigiéndose a sus seguidores añadió que el electoado ha “enviado un mensaje al presidente de Estados Unidos… que el Obamacare es un fracaso… el gobierno nos mintió en un intento de restringir nuestras libertades”.
Por su parte, en su discurso de victoria, Cuccinelli mantuvo su línea de campaña y prometió un manejo “bipartidista y centrista” de los problemas del estado.
La elección deja en claro que el 72º. Gobernador de Virginia tendrá que presidir sobre un gobierno y un electorado tan dividido como lo está el resto del país.
Con los resultados de 97 precintos, McAuliffe sacaba una ventaja de 1 punto porcentual, 47 a 46.
En la otra elección para gobernador, el estado de Nueva Jersey escogió al republicano y posible aspirante a la presidencia del país, Chris Christie, que derrotó de manera cómoda a su oponente demócrata, la senadora estatal Barbara Buono.
McAuliffe logró ganar en los grandes centros urbanos de Virginia, especialmente en los suburbios de Washington –con mayor presencia de hispanos y gente joven—cuyos resultados fueron anunciados al final de la noche, luego de horas en que Cuccinelli llevó la delantera en el recuento.
La elección tenía connotaciones nacionales y en cierto modo fue un referéndum por las grandes ideas políticas del momento: la interpretación de la opinión pública sobre la Ley de Salud también conocida como Obamacare y el camino, demasiado extremista o no, del partido republicano.
La Voz de América entrevistó al analista político Israel Navarro para analizar los resultados electorales camino a las elecciones de 2014 y 2016
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McAuliffe fue apoyado fuertemente por el partido demócrata, y tanto el presidente Barack Obama como el expresidente Bill Clinton ayudaron en la campaña, promoviendo a la vez el Obamacare.
Cuccinelli, uno de los favoritos del Tea Party, fue apoyado por Marco Rubio y otros notables conservadores.
En un emotivo discurso de concesión, Cuccinelli dijo que “la elección se había decidido por muy poco a causa del Obamacare”. Dirigiéndose a sus seguidores añadió que el electoado ha “enviado un mensaje al presidente de Estados Unidos… que el Obamacare es un fracaso… el gobierno nos mintió en un intento de restringir nuestras libertades”.
Por su parte, en su discurso de victoria, Cuccinelli mantuvo su línea de campaña y prometió un manejo “bipartidista y centrista” de los problemas del estado.
La elección deja en claro que el 72º. Gobernador de Virginia tendrá que presidir sobre un gobierno y un electorado tan dividido como lo está el resto del país.