Médicos Sin Fronteras (MSF) declaró que un convoy de 14 camiones había entrado el domingo en el noroeste de Siria para ayudar en las operaciones de rescate tras el terremoto, mientras crece la preocupación por la falta de acceso a la zona devastada por la guerra.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) ha estado presionando a las autoridades de esa región de Siria para que dejen de bloquear el acceso, mientras trata de ayudar a cientos de miles de personas tras el devastador terremoto que sacudió la región el 6 de febrero.
En declaraciones a Reuters, al margen de la Conferencia de Seguridad de Múnich celebrada el sábado, el director del PMA, David Beasley, declaró que los Gobiernos sirio y turco habían cooperado muy bien, pero que sus operaciones se estaban viendo obstaculizadas en el noroeste de Siria.
La semana pasada, la agencia dijo que se estaba quedando sin insumos allí y pidió que se abrieran más pasos fronterizos desde Turquía.
También lea Medios que cubren devastador terremoto en Turquía reportan restriccionesEn Siria, ya destrozada por más de una década de guerra civil, la mayor parte de las víctimas mortales se han producido en el noroeste. La zona está controlada por insurgentes en guerra con las fuerzas leales al presidente Bashar al-Asad, lo que ha complicado los esfuerzos por hacer llegar la ayuda a la población.
Mientras tanto, las labores de rescate en Turquía se reducían el domingo, y muchos rezaban sólo para encontrar cadáveres.
"¿Rezarías para encontrar un cadáver? Nosotros sí (...) para entregar el cuerpo a la familia", dijo el operador de una excavadora Akin Bozkurt mientras su máquina arañaba los escombros de un edificio destruido en la ciudad de Kahramanmaras.
"Se recupera un cuerpo de entre toneladas de escombros. Las familias aguardan con esperanza", dijo Bozkurt. "Quieren una ceremonia de entierro. Quieren una tumba".
Según la tradición islámica, los muertos deben ser enterrados lo antes posible.
También lea Blinken visita Turquía tras devastación por terremotoEl secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, llegó a Turquía el domingo para una visita oficial y conversaciones sobre cómo Washington puede ayudar más a Ankara en su lucha frente las secuelas de una tragedia devastadora.
El terremoto de magnitud 7,8 que sacudió el sureste de Turquía y Siria ha dejado más de 46.000 muertos y destruyó los hogares de al menos a un millón de personas. Se prevé que el costo económico de la catástrofe ascienda a miles de millones de dólares.
El director de la Autoridad Turca de Gestión de Desastres y Emergencias (AFAD), Yunus Sezer, declaró que las labores de búsqueda y rescate terminarían en gran parte el domingo por la noche. Se espera que el número de víctimas aumente, ya que se sabe que unas 345.000 viviendas han quedado destruidas en Turquía y que muchas personas siguen desaparecidas.
Ni Turquía ni Siria han dicho cuántas personas siguen desaparecidas.
También lea Rescatan a víctimas del sismo en Turquía, Siria recibe ayudaEn uno de los últimos esfuerzos por sacar a la gente de entre los escombros 12 días después del terremoto, los equipos de emergencia empezaron el sábado por la noche a retirar escombros con las manos en un lugar de Antioquia.
Los perros rastreadores y las cámaras térmicas habían detectado señales de vida de dos personas, según los equipos de rescate. Pero pasada la medianoche, ocho horas después de iniciada la operación, los equipos suspendieron el rescate.
"No hay nadie vivo", dijo Mujdat Erdogan, miembro de AFAD, con la cara y el uniforme cubiertos de polvo. "No creo que podamos seguir rescatando gente".
La Organización Mundial de la Salud calcula que unos 26 millones de personas tanto en Turquía como en Siria necesitan ayuda humanitaria.
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