Paso a paso: ¿cómo llegan 'menús solidarios' a zonas vulnerables de Bogotá?
Cada restaurante, en este caso la Sierra Nevada Hamburguesas y Malteadas, alista los menús que los clientes han donado a través de la plataforma digital.
Los menús son recogidos en un camión que alberga los platos elaborados por cada uno de los establecimientos.
Las personas de la logística terminan de organizar y marcar las bolsas y cajas que guardan los alimentos.
Desde una sede del restaurante Sierra Nevada, en Bogotá, sale el camión que transporta los alimentos.
En la primera parada, Emiliano Moscoso -dueño de Sierra Nevada y promotor de la iniciativa, ultima detalles de las personas y los puntos donde se harán las entregas. Así mismo, se asegura que el recorrido sea escoltado por la Policía Nacional.
Al ver el camión, una mujer se acerca para pedir ayuda; vive con nueve personas y no han tenido para cenar. Juan Carlos, director de la Fundación Procrear, entrega algunos menús solidarios.
Algunos recicladores y habitantes de calle también se acercan para pedir ayuda y un 'bocado' de comida. Para muchos, será la cena de hoy y la merienda de mañana.
A través de esta campaña de entrega de alimentos, hasta el momento se han repartido mil menús solidarios.
En esta casa, viven alrededor de 80 personas que no tienen ingresos, pues trabajan en el área obrera del sector de la construcción y la caurentena no les ha permitido tener ingresos.
El señor Eusebio Pacheco (Vestido con gorra) le contó a la Voz de América que estos alimentos son los únicos que han recibido estos colombianos, provenientes de la costa norte de Colombia, durante esta época de la pandemia.
Los alimentos, incluso, han llegado a migrantes venezolanos. Ángel (centro) y Marilis (I) dicen que aunque el hospedaje es gratuito, no tienen cómo recoger dinero y alimentar a los 86 migrantes que viven en su residencia.
Yoselín Herrera abrió su puerta con una sonrisa desbordante; aunque vive una difícil situación junto a su familia y vecinos, dice que Dios no los desampara y que siempre hay una mano amiga que les brinda su ayuda.
Maryori Obregón es líder en una comunidad del centro de Bogotá; vive en un edificio con 110 personas, todos trabajadores informales que no han trabajado en los últimos días. Por eso, el menú solidario es "una bendición para todos; es un refrigerio que nos sirve para un desayuno".
Los menús, en su mayoría, son repartidos en 'pagadiarios', una especie de hoteles y residencias donde las personas pagan día a día para poder dormir. De allí, salen personas a agradecer, pedir o, a veces, solo a curiosear.
Al final del recorrido, el camión queda completamente vacío. Sin embargo, queda una importante. última parada.
Se trata de los cambuches donde viven decenas de habitantes de calle. Para ellos este gesto significa que están siendo tenidos en cuenta en esta cruda realidad de hambre.