La nueva alcaldesa de Temixco, una pequeña ciudad en el estado de Morelos, fue ejecutada por un grupo armado el sábado por la mañana, solo horas después de tomar posesión de su cargo.
Gisela Mota, una excongresista federal, había centrado su discurso inaugural en el combate a la corrupción y en la promesa de ayudar a su pueblo a liberarse del crimen organizado. Fue asesinada en su casa.
Tres sospechosos, incluidos un menor, han sido arrestados por el rimen. Otros dos sospechosos murieron al enfrentarse a la policía.
El sitio de noticias SinEmbargo reportó que los sospechosos recibieron $29.000 dólares por matar a Mota. El periódico El Universal dijo que los hechores son miembros de la pandilla Los Rojos, que ha estado enfrentada con grupos rivales por cuestiones de territorio y negocio de drogas en el vecino estado de Guerrero.
El izquierdista Partido Revolucionario Democrático (PRD) dijo en un comunicado que Mota era “una fuerte y valiente mujer que al tomar posesión de su cargo declaró que su lucha contra el crimen sería frontal y directa”.
El obispo Ramón Castro, dijo que el asesinato de Mota probablemente sirva de advertencia “a otros alcaldes… si no cooperan con el crimen organizado, vean lo que les puede suceder”.
De acuerdo a la Asociación de Concejales mexicanos, más de mil servidores públicos municipales han sido asesinados desde 2006, principalmente por el crimen organizado.