Al menos 26 personas murieron y otra decena resultaron heridas cuando un grupo criminal incendió un bar en la ciudad costera de Coatzacoalcos, en el estado de Veracruz, en uno de los peores ataques indiscriminados cometidos en México en los últimos años.
“Llegaron los delincuentes, cerraron las puertas de salida, de emergencia, e incendiaron el lugar”, explicó el presidente Andrés Manuel López Obrador el miércoles en su conferencia de prensa matutina.
El suceso tuvo lugar casi a la medianoche del martes en el Bar Caballo Blanco, un local situado cerca de una transitada calle comercial en Coatzacoalcos donde se ofrecía “calidad, seguridad y servicio”, habitaciones privadas a 7,5 dólares “toda la noche”, “chicas sexy” y concurso de baile erótico.
Un total de 23 personas murieron en el lugar pero --según explicó el gobernador de Veracruz, Cuitláhuac García, en una entrevista con una televisora local-- al mediodía del miércoles habían muerto otras tres personas y una decena más estaban heridas, algunos “muy graves” y con pronóstico reservado, por lo que no descartó que la cifra de fallecidos pueda elevarse.
La fiscalía veracruzana aclaró que 10 de los fallecidos son mujeres, 16 hombres y que 11 personas están hospitalizadas.
“Se trató de un ataque planeado, artero, en contra de ese bar y de las personas que estaban en su interior”, dijo el gobernador.
Las primeras fotografías del ataque mostraban mesas y sillas tiradas junto a cuerpos de mujeres medio desnudas. El hecho de que se tratara de un incendio planificado hizo recordar el ataque de 2011 a un casino de Monterrey, en el norte del país, en el que murieron 52 personas a manos del cartel de Los Zetas en represalia por no pagar la extorsión exigida por los criminales.
En esta ocasión las autoridades no han informado las posibles causas del ataque ni qué grupo podría ser el responsable pero Raúl Ojeda, un empresario y activista de Coatzacoalcos, indicó que también podría estar ligado a la falta de pago de una extorsión.
El gobernador agregó que ya se habían dado incendios similares en negocios de esta ciudad que vive del petróleo y las refinerías.
“El modus operandi no es de ahorita, hace unos meses un grupo de personas actuó de la misma manera contra comercios”, dijo el gobernador García. Y el problema es que aunque se detuvo a los presuntos responsables, la fiscalía estatal “no actuó” contra ellos, denunció.
Por este motivo, López Obrador pidió que se investigara a ese departamento y que la fiscalía federal se encargara de las pesquisas.
Es “lamentable que la delincuencia organizada actúe de esta manera, es lo más inhumano que puede haber”, dijo el presidente. “También es condenable que exista contubernio con autoridades (...) Lo mínimo que tenemos que hacer es separar tajantemente a la autoridad de la delincuencia, porque si no, no avanzamos”.
El gobernador García identificó al jefe de los atacantes como Ricardo “N”, porque las autoridades no pueden dar nombres completos de presuntos criminales para no afectar el proceso. Según dijo, a esta persona se la conoce con el alias de “La loca”.
García señaló que el hombre había sido detenido por la marina en julio y que fue liberado después de que fue presentado ante la fiscalía.
Este departamento emitió un comunicado el miércoles en el que niega haber liberado a nadie porque, aunque confirma que “La Loca” fue detenido en dos ocasiones, indica que, en ambos casos, fue puesto a disposición de la fiscalía federal.
“Una tragedia no debe utilizarse para distorsionar hechos ni confundir a la opinión pública”, agrega la nota de prensa.
Las diferencias entre el ejecutivo estatal y la fiscalía son notorias desde hace tiempo y llevaron a denunciar al fiscal de Veracruz, Jorge Winckler, por omisiones y obstrucción a la justicia, cargos que el funcionario siempre ha negado.
Por su parte, el gobernador insistió en que "en Veracruz no se toleran ya a los grupos delictivos", escribió en Twitter, añadiendo que la policía, las fuerzas armadas y la recién formada Guardia Nacional buscaban a los agresores.
Pero la violencia continúa igual que las extorsiones a negocios, indicó Ojeda. “Lo más probable es el no pago de derecho de piso, con eso han venido amedrentando a todos los negocios y los que no pagan, cierran o se atienen a las consecuencias”.
Según Ojeda, el cártel de Los Zetas, el de Jalisco Nueva Generación y otros grupos locales están actualmente en liza para intentar controlar Coatzacoalcos.
En Veracruz la violencia del crimen organizado es muy alta desde hace años y fue uno de los primeros estados donde el presidente López Obrador desplegó su nuevo cuerpo de seguridad, la Guardia Nacional, después de que en abril fueran asesinadas 13 personas, entre ellas un menor, cuando un comando irrumpió en una fiesta familiar en el municipio de Minatitlán, a 20 kilómetros de Coatzacoalcos.
Más recientemente, a principios de agosto, fueron encontrados nueve cadáveres desmembrados en bolsas en una zona del interior del estado.
Según los últimos datos del gobierno, en este momento hay casi 2.500 efectivos de la Guardia Nacional patrullando en Veracruz que, unidos a los miembros del ejército y la marina, suman más de 13.500 fuerzas federales en el área.
El ataque al bar de Coatzacoalcos, junto al asesinato de 19 personas en la ciudad occidental de Uruapan a principios de mes, está reviviendo los peores momentos de la violencia registrada durante la guerra contra el narcotráfico entre 2006 y 2012.