Las autoridades mexicanas lanzaron el martes un ambicioso plan para reforzar la seguridad en la icónica ciudad turística Acapulco con el despliegue de miles de militares, tras el devastador paso del huracán Otis, que dejó más de un centenar de víctimas y desaparecidos, y cuantiosos daños materiales.
La medida fue anunciada casi dos semanas después de que Otis impactara como el ciclón más potente que haya tocado tierra en la costa occidental de México desde que hay registros, causando millonarios destrozos a hoteles, comercios y viviendas, además de interrumpir el servicio eléctrico y dejar aislada la zona.
Ante la escasez de alimentos, agua y bienes básicos, los saqueos y el caos se multiplicaron por la ciudad en los días siguientes.
El plan de seguridad para Acapulco, cuyos índices de delincuencia se habían incrementado notablemente en los últimos años, implica incrementar de los actuales 360 efectivos de la Guardia Nacional -una policía militarizada- a 9,860, detalló en rueda de prensa el secretario de Defensa, Luis Sandoval.
También lea Afectados por huracán Otis marchan en la capital mexicana para exigir más recursosEn Guerrero, el estado donde se encuentra Acapulco, también se incrementarán los efectivos de la GN así como el número de compañías.
"Será el estado que mayor cantidad de Guardia Nacional va a tener", por delante del central Guanajuato, que hasta ahora era el que más uniformados de la GN tenía con 6.670, dijo Sandoval.
El secretario detalló que el dispositivo militar busca generar condiciones de seguridad para la población y para la reconstrucción, así como colaborar en la reactivación de la economía local y el turismo, el motor de la economía de Acapulco.
Guerrero, uno de los estados más pobres de México, ha sido acosado durante años por el crimen organizado, lo que ha golpeado el turismo y aumentado las tasas de homicidio. En 2014, fue escenario de la sonada desaparición de 43 estudiantes de magisterio en la ciudad Iguala.