Los Marlins de Miami declararon los días 28, 29 y 30 de julio como el Fin de semana Miguel Cabrera. Aquí el pelotero venezolano, conocido como Miggy, el Tigre de Maracay o el Tigre de Detroit, juega ya sus últimos partidos casi 20 años después de ganar un anillo de la Serie Mundial de las Grandes Ligas del Béisbol.
Los Tigres de Detroit juegan una serie de tres juegos frente a los Marlins y el hoy primera base y estelar bateador venezolano anda de gira con ellos por todo Estados Unidos, despidiéndose de la fanaticada pues es su última campaña en las Grandes Ligas.
Este viernes la organización de los Peces quiso reverenciar a Cabrera. El LoanDepot, el estadio de la Pequeña Habana, estalló en aplausos y gritos. Antes de comenzar el encuentro una pantalla gigante dejó ver los mejores momentos que el hijo de Maracay, en Venezuela, regaló a los amantes del béisbol por veinte años.
Agrupados en un pequeño círculo detrás del home plate, otros compañeros de ruta de aquellos Marlins de 2003 como Aníbal Sánchez, Alex González, Omar Infante, Martín Prado y Jeff Conine, abrazaron a Cabrera, quien se presentó con parte de su familia a escuchar el aplauso cerrado, a mirar los carteles de “Miggy, te amo” y a recibir los regalos que le trajeron hasta sus manos.
Un balón de oxígeno
Cabrera nació en Maracay, estado de Aragua, en 1983. Tras desarrollarse durante su adolescencia y temprana juventud en su país, fue firmado en 1999 -por un valor de 1,8 millones de dólares- por los Marlins, quienes lo mantuvieron hasta 2003 en organizaciones de ligas menores.
Con 20 años los Marlins lo recibieron en junio de 2003 buscando un bombardero que empujara pelotas más allá del cuadro. Se encontraban en el lugar número cuatro de su división en la Liga Nacional y en un encuentro contra Tampa Bay y tras fallar en sus cuatro primeros turnos al bate, Cabrera disparó un jonrón con hombre en base que lo catapultó a la fama.
Lo demás es historia.
Los Marlins alcanzaron el comodín de la Liga Nacional y se fueron pelear la Serie Mundial en el otoño contra los Yankees de Nueva York. Cabrera se lució en el 4to juego del campeonato con un jonrón, precisamente contra un pitcher que llevaba 20 años de experiencia, nada más y nada menos que Rogers Clemens. Aquello fue el pandemónium.
Los Marlins se llevaron la corona y Miguel Cabrera su anillo de Serie Mundial a casa.
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El venezolano fue elegido cuatro veces al Juego de Estrellas durante el tiempo que pasó en la Ciudad del Sol.
Después de ser cedido por los Marlins en 2007, en dos ocasiones fue seleccionado el Jugador Más Valioso de la Liga Americana.
Ganó la Triple Corona del Joven Circuito, una proeza que nadie conseguía desde que lo hiciera Carl Yastrzemski en 1967. Además, es el venezolano con más participaciones en el Clásico Mundial, con cinco ocasiones.
En las dos últimas temporadas, aunque su producción ofensiva ha bajado bastante, tras dos décadas en el terreno de juego, ascendió a la selecta lista de los que ostentan 3.000 hits y 500 jonrones.
Este sábado habrá un momento especial en el parque beisbolero de la Pequeña Habana, ha sido declarado el Día de la herencia Venezolana, seguramente Cabrera sale como ayer a saludar a los aficionados y recibirá nuevamente la ovación del público.
La noche del viernes no fue nada halagüeña. Los Tigres cayeron 6-5 ante los Marlins. Cabrera se fue de 3-0 y recibió un pelotazo en el pie derecho en su primer turno al bate.
[Parte de la información para este reporte provino de The Associated Press y de la MLB]