Miles de personas protestaron el viernes por la noche en Santa Cruz, la ciudad más poblada y rica de Bolivia, contra la posible reelección del presidente Evo Morales y por lo que consideran una lenta respuesta del Gobierno a los incendios que arrasaron millones de hectáreas en el Amazonas.
En medio de gritos desafiantes hacia el Gobierno, la multitud se comprometió a dar un “voto castigo” a Morales en las elecciones del 20 de octubre.
Morales, un exlíder cocalero de 59 años, se convirtió en 2006 en el primer presidente indígena en la historia boliviana y ahora busca completar casi dos décadas en el poder, hasta el 2025.
El presidente de izquierda de Sudámerica con más tiempo en el poder ganó las elecciones del 2005 con el 54% de los votos y fue reelecto en 2009 y 2014 con más del 60%. Ahora llamó a sus bases a ganar las elecciones del 20 de octubre con el 70% de los votos.
Pero sus posibilidades de triunfar en los comicios ahora pueden depender de si la indignación por los incendios puede ser aprovechada por su principal rival, Carlos Mesa.
La multitudinaria concentración del viernes se realizó en momentos en que el departamento de Santa Cruz, que comparte zonas boscosas con Brasil y Paraguay, sufre por los intensos incendios forestales.
Entre los oradores estaban bomberos voluntarios, políticos y campesinos que responsabilizan al gobierno por implementar un marco legal que según ellos facilitó la destrucción de unas 5 millones de hectáreas de bosque húmedo en la Amazonía, pantanal, bosque seco Chiquitano y Chaco, cuatro ecosistemas que sufren por el fuego hace varias semanas.
El apoyo de Morales a la expansión de la agricultura busca impulsar el desarrollo y el crecimiento económico de Bolivia, uno de los países más pobres de América del Sur.
Con los planes del gobierno para triplicar las tierras agrícolas hacia 2025, la figura de Morales logró ganar más popularidad en Santa Cruz. Pero la provincia agrícola y conservadora tiene una tradición opositora a Morales y hasta llegó a declararse autónoma de su gobierno.
También lea Arranca en Bolivia la más reñida campaña electoral