Minivestido y “dress code”

Las ropas cortas y con transparencias se venden por todas partes en Brasil.

Según explicó la Universidad Bandeirante de Sao Paulo, el problema no fue el vestido sino la conducta de la estudiante.

Brasil es en si mismo una paleta de colores contrastantes. Desde la quietud y la belleza de sus paisajes costeros, hasta la salvaje y aún en muchos casos desconocida selva amazónica. Desde la alegría y cordialidad de su gente, a la violencia extrema en algunas áreas urbanas. De los bikinis y la abundancia de piel expuesta, al escándalo por una estudiante que fue expulsada de una Universidad por usar un minivestido rosado.

Seguramente cada situación de contrastes tiene una explicación. La del minivestido también.

De acuerdo con la Universidad Bandeirante (Uniban) de Sao Paulo, el problema con la estudiante Geisy Arruda, que el pasado 22 de octubre fue hostilizada, agredida y tuvo que ser prácticamente escoltada hasta una zona protegida para evitar que fuera atacada por otros estudiantes, encolerizados porque la joven usaba un vestido demasiado corto, no fue el vestido en su mismo. Según la Universidad, el problema fue la forma en que fue usado.

El caso registrado en la Uniban en São Bernardo do Campo, en Sao Paulo, ganó trascendencia internacional después de que la Universidad decidiera expulsar a la estudiante por el caso del minivestido rosado. Sin embargo a comienzos de esta semana, el mismo centro educativo decidió revisar la medida y volver a aceptar a Arruda en los cursos de turismo.

La estudiante del minivestido que fue cuestionada por sus colegas estudiantes, fue reintegrada a los cursos por las presiones ejercidas por las protestas y manifestaciones de las organizaciones también de estudiantes.

El fin de semana la Uniban publicó anuncios pagos en los medios de prensa paulista para explicar las razones de la decisión de expulsar a la estudiante. “Fue constatada una actitud provocativa de la alumna, que buscó llamar la atención a través de gestos y modos de expresión”, dice la nota de la Uniban. También la institución consideró que la reacción de los alumnos, fue apenas una “reacción colectiva en defensa del ambiente escolar”.

Inmediatamente la Unión Nacional de Estudiantes y la Secretaria Especial de Políticas para las Mujeres criticaron la medida al punto de calificarla de absoluta intolerancia y discriminación. El propio Ministerio de Educación y la Orden de Abogados se mostraron preocupados por la decisión y hasta el o Ministerio Público Federal en la ciudad Sao Paulo anunció que abriría una investigación.

Este martes las autoridades de la Universidad Bandeirante, a través de su vicerrector, Ellis Brown, insistieron en aclarar que el problema no estuvo en el minivestidos rosado. "Hay centenares de chicas todos los días vistiendo minifaldas en este campus y nunca ha pasado nada. El tamaño del vestido nunca se puso en discusión. Fue su conducta", dijo Brown.

Según algunas versiones, la estudiante se subió el vestido provocativamente y se detuvo para posar para fotografías. Finalmente un profesor la cubrió con su saco y la condujo a un área protegida en medio de gritos e insultos. Arruda negó la versión y dijo que "es una gran mentira que me haya levantado el vestido", informó la agencia brasileña Estado.

Brown dijo que al revertir su decisión de expulsar a Arruda, la Universidad estaba optando por una acción educativa y no una disciplinaria.
Videos de estudiantes burlándose e insultando a Arruda por haber ido a clases con un minivestidos, fueron colocados en Internet, en un caso que terminó capturando la atención internacional.

En la actualidad el debate aún se mantiene sobre el propio caso. La Unión Nacional de Estudiantes reclama enmendar la humillación contra la estudiante y darle garantías para que siga estudiando.

Sin embargo todavía no se habla de un tema que ha estado sobrevolando el caso desde el inicio mismo: los códigos de vestimenta, etiqueta o “dress code”. En muchos casos existe fuerte oposición a los códigos de vestimenta, porque son considerados restrictivos, mientras en otros casos se aplican con flexibilidad para ser más inclusivos.