La misión de observación de la Unión Europea manifestó su preocupación por las acciones de la Fiscalía contra el proceso electoral en Guatemala y destacó que no hubo fraude en los comicios en los que resultó ganador el progresista Bernardo Arévalo.
La misión, que estuvo en el país centroamericano entre mayo y septiembre y revisó la legislación, observó las dos vueltas electorales y se reunió con actores del proceso, presentó el lunes un informe sobre su trabajo.
“Estas elecciones se han llevado a cabo en un contexto político marcado por la amenaza a la separación de poderes, por la constante judicialización de la política, por la existencia de actores que socavan la democracia a través del control o la influencia sobre las instituciones políticas y judiciales del país y por preocupantes limitaciones a la libertad de expresión y de prensa", dijo en conferencia de prensa el jefe de la misión, Jordi Cañas.
También lea Registro Electoral de Guatemala suspende a partido Semilla del presidente electo ArévaloUno de los temas que más preocupa a los observadores son las acciones de la fiscalía para desacreditar el proceso electoral y sus resultados.
La fiscalía investiga un supuesto fraude denunciado por un abogado allegado a un partido político que perdió las elecciones contra los magistrados electorales, Arévalo y su partido —el Movimiento Semilla— y los más de 125.000 ciudadanos que recibieron, contaron y custodiaron los votos de millones de ciudadanos.
“Los intentos del Ministerio Público de invalidar el voto de los electores, así como de intimidar y criminalizar al Tribunal Supremo Electoral, a funcionarios electorales y al Movimiento Semilla atentan contra los derechos políticos de los votantes... y vulneran los compromisos internacionales y regionales en la materia y que Guatemala ha ratificado”, dijo Cañas.
En el documento la misión también hizo una serie de recomendaciones, entre ellas, la necesidad de que haya mayor inclusión para las mujeres y la población indígena en los cargos de elección y que soldados y policías puedan tener derecho al voto, algo prohibido en la Constitución de Guatemala.