Marzo, el mes de la mujer, es una época para examinar qué tan lejos las mujeres han ido y en que aéreas todavía hay cosas por cambiar. Una de estas áreas es el mercado laboral y los salarios, dice un reporte de la Casa Blanca.
Mujeres en EE.UU.: indicadores de bienestar social y económico “es el primer informe gubernamental amplio desde que el presidente John F. Kennedy nominó a Eleanor Roosevelt en 1960 para analizar la situación de las mujeres”, dijo Rebecca Blank, subsecretaria de asuntos económicos.
Reuniendo información de varias agencias del gobierno, el documento revela tendencias positivas y negativas. Las mujeres hoy tienen menos probabilidad de ser víctimas de crímenes violentos. Hoy ellas esperan más para casarse y tienen menos hijos que las mujeres de generaciones previas. Los resultados también resaltan una mejora significamente en el área de la educación.
“Hay buenas noticias en el informe que sugieren que el promedio de educación de las mujeres está creciendo más rápido que el de los hombres. Hay más mujeres jóvenes graduándose de universidad en EE.UU. actualmente. Esto aplica a todos las razas y grupos étnicos”, indicó Blank.
Sin embargo estos avances no se trasladan a los salarios y la igualdad en los lugares de trabajo.
“Una razón para esto es que las mujeres no están incursionando en los campos de trabajo que tienen salarios más altos”, indica Valerie Jarrett, directora de la oficina para mujeres y niñas de la Casa Blanca, quien añade que el gobierno de Obama quiere acabar con esta incongruencia y por eso el presidente “ha hecho un esfuerzo para entusiasmar a las mujeres a que estudien ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas”.
Pero hay otras razones para la desigualdad en los ingresos salariales.
“Cuando las mujeres aceptan un trabajo, por lo general no negocian el salario inicial de la misma forma que lo hacen los hombres”, explica Lee Ann De Reus, profesora en la Universidad de Penn State Altoona.
“También hay muchas mujeres con trabajos de medio tiempo. Las mujeres todavía están tratando de balancear el trabajo con la familia de una manera diferente a los hombres. Parte de esto tiene que ver con lo que pensamos sobre el papel del hombre en la sociedad y lo que pensamos es nuestro papel como mujeres en la sociedad”, añadió la académica.
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