Hoy Nicaragua conmemora el aniversario del triunfo de la Revolución Popular Sandinista que puso fin a la dictadura de la familia Somoza, en medio de una seria crisis social que agobia al Gobierno revolucionario que permanece en el poder desde 2006, cuando el exguerrillero Daniel Ortega fue reelegido nuevamente como presidente de Nicaragua.
Pero, a 42 años de la entrada triunfal de las tropas guerrilleras en Managua, ¿qué queda de aquel proceso revolucionario?
La Revolución Popular Sandinista es, hasta el momento, la última revolución armada que triunfó en la historia de América Latina y efectivamente, para Daniel Ortega y sus simpatizantes, su segundo largo período al frente del gobierno constituye una segunda etapa de la revolución que inició en 1979, luego de la salida de Somoza del país y el desplome de la Guardia Nacional.
Pero muchos de sus antiguos compañeros de lucha se han distanciado de él y le acusan de haber traicionado los principios revolucionarios para parecerse cada vez más a Somoza, especialmente a raíz de la violenta represión de las protestas de abril de 2018, que dejaron más de 300 muertos, y de las recientes y constantes violaciones a los derechos humanos.
También lea "De la revolución no ha quedado nada", dice exsacerdote sandinistaEn entrevista con la Voz de América, el sociólogo, cofundador del Frente Sandinista de Liberación Nacional y excompañero de armas de Daniel Ortega, Oscar René Vargas, dijo que existe una "mutación total" en el actual presidente que pasa por una ruptura con los principios que motivaron la lucha contra la dictadura Somista.
"Han hipotecado el legado histórico del sandinismo y de Sandino, entonces ahora para muchas personas, la gran mayoría de personas, el sandinismo representa la represión, representa la corrupción, representa la falta de transparencia, la ausencia de democracia, la violencia contra los derechos humano; ese es el legado que esta dejando Ortega y que esta hundiendo el legado del sandinismo histórico", señaló.
Your browser doesn’t support HTML5
Vargas está exiliado en Costa Rica, perseguido por un Gobierno de cuya revolución fue un gran protagonista y que hoy pide su captura. Una realidad de la que no han podido escapar otras figuras emblemáticas del sandinismo como Dora María Telléz, Victor Hugo Tinoco y Hugo Torres a los que el presidente Daniel Ortega encarceló acusados de traición a la patria.
Los tres exguerrilleros se distanciaron del Frente Sandinista, tras la pérdida de las elecciones en 1990, y debido al control que Daniel Ortega comenzó a ejercer en el partido, acallando las voces críticas y cerrándose a una apertura democrática para las elecciones de los cuadros políticos de la organización.
Vargas sostiene que "las personas que han mantenido sus principios, evidentemente han entrado en contradicción con la dictadura Ortega-Murillo. La respuesta de la dictadura ha sido la represión que ha llevado a algunas personas a la cárcel, pero también ha llevado a muchas personas que también participaron en la lucha contra Somoza al exilio y también han asesinado a personas que lucharon contra Somoza, es decir, que la dictadura no solamente es represión si no también el asesinato de muchas personas que lucharon contra la dictadura somocista".
También lea ¿Dónde están los precandidatos presos en Nicaragua?En tanto, el presidente Daniel Ortega señaló durante su última aparición pública que su Gobierno sigue luchando por los ideales sandinistas.
"Estamos librando las batallas que tenemos que librar", sostuvo. "Ya los vimos en acción en el año 2018, cómo olvidar cómo se juntaron en 2018 y cómo destrozaron una política de entendimiento, de acuerdo que venía caminando bien, simplemente por hacerle caso al yanki que había que provocar un cambio de régimen en Nicaragua y traer a los somocistas", añadió.
Pero para muchos analistas no existe futuro en Nicaragua mientras el presidente Ortega y su esposa, la primera dama Rosario Murillo, permanezcan en el poder, una opinión que Oscar René Vargas respalda.
"En el caso de Nicaragua, no hay perspectiva de mejoramiento en la sociedad nicaragüense con Ortega y Murillo en el poder, esto lleva a una tendencia que se ha presentado, la tendencia es que hay una ruptura cada día mayor de lo que anteriormente era la base social de Ortega y que comienzan a replegarse por que ven la represión, el desempleo lo que los aleja de seguir apoyando al régimen", advirtió.
Mientras el país se encamina a las elecciones generales con varios precandidatos presidenciales en la cárcel y el Gobierno sandinista tiene el control absoluto de los cuatro poderes del Estado.
Vargas explica que la crisis de la sociedad nicaragüense es estructural y que hay un estancamiento crónico en la economía. Pero también es política, una crisis de la legitimidad del Estado.
Según el sociólogo, "mientras el sistema de dominación se hunde en las cinco crisis económica, social, política, sanitaria e internacional, decenas de miles de personas luchan por una supervivencia incierta cuestionan al régimen que ya no consideran legítimo".
¡Conéctate con la Voz de América! Suscríbete a nuestro canal de YouTube y activa las notificaciones; o bien, síguenos en redes sociales: Facebook, Twitter e Instagram.