Decenas de miles de nicaragüenses marcharon el lunes en Managua contra la represión ejercida por el gobierno de Daniel Ortega tras cinco jornadas de protestas. Los manifestantes piden establecer un diálogo para restituir la institucionalidad del país.
La marcha fue convocada por el Consejo Superior de la Empresa Privada y el caos generado en los últimos días tras la aprobación de una reforma al Seguro Social que aumentaba las cuotas patronales de los trabajadores e imponía un impuesto a los pensionados para atención médica ha dejado al menos 30 muertos, según organismos de derechos humanos.
Los capitalinos marcharon de la rotonda Rubén Darío a las instalaciones de la Universidad Politécnica de Nicaragua, punto de resistencia de la juventud, portando banderas azul y blanco mientras hacían sonar cacerolas, trompetas y gritaban "¡Pueblo, únete!".
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A diferencia de las últimas marchas, que fueron reprimidas por la policía, integrantes de la Juventud Sandinista y grupos de motorizados, la de hoy transcurrió sin violencia.
"Aquí estamos los nicaragüenses diciendo basta ya de violencia contra la población. No más represión y violación a la Constitución", afirmó Esther Chavarría, una arquitecta de 26 años.
Según El Nuevo Diario, tres horas después de iniciada la marcha se realizaba sin incidentes.
El azobispo auxiliar de Managua, Silvio José Báez, pidió a la población protestar pacíficamente.
El gobierno de Estados Unidos ordenó salida del país de familiares del personal de su embajada en Managua y autorizó la salida voluntaria de sus funcionarios. Un día antes, el Departamento de Estado condenó "la violencia y el uso excesivo de la fuerza" ejercido por la policía contra civiles y abogó por el derecho a la protesta y el respeto a la libertad de prensa.
Naciones Unidas
Entre tanto, el Secretario General de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, manifestó su preocupación "apelando a que todas las partes actúen con moderación".
Según Stéphane Dujarric, portavoz del Secretario General, la ONU hace un llamado al "gobierno de Nicaragua para garantizar la protección de los derechos humanos de todos los ciudadanos, en particular el derecho a la reunión pacífica y a la libertad de expresión".
"El Secretario General respalda la convocatoria de diálogo como un instrumento para abordar los desafíos actuales del país", precisó Dujarric en un comunicado.
En contraste, el presidente venezolano Nicolás Maduro salió el lunes en defensa de su par nicaragüense, Daniel Ortega, y afirmó que está enfrentando una "emboscada violenta de grupos que lamentablemente le han hecho ya mucho daño" al país centroamericano.
Maduro dijo en conferencia de prensa desde el estado sureño de Bolívar, donde inició su campaña presidencial, que mantiene conversación permanente con Ortega y su esposa, la vicepresidenta Rosario Murillo, y sostuvo que su aliado logrará que se imponga la paz en Nicaragua.
Ortega dio marcha atrás a las polémicas reformas el domingo, pero para los estudiantes --que son quienes han liderado las manifestaciones-- eso pareciera no ser suficiente.
"Derogar la reforma no basta. Aquí estamos para que se respete la libertad de prensa, que se liberen a los que están detenidos y que se castigue a los responsables de la represión y muertes de nuestros hermanos estudiantes", dijo un joven desde la Universidad Politécnica de Nicaragua con el rostro cubierto en una entrevista a Canal 14.
"Debe instalarse un diálogo que revise temas torales de la nación, se debe volver al cauce de la democracia que Daniel Ortega ha pisoteado", sentenció.
En la sede de la OEA, en Washington, un grupo de venezolanos apoyó la marcha de Managua y condenó al régimen de Ortega. Entre los asistentes estuvo el ex alcalde del Municipio El Hatillo, y dirigente del opositor partido Voluntad Popular inhabilitado por el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela, aliado del gobierno de Daniel Ortega.