Las naciones de la Unión Europea siguen profundamente divididas sobre cómo hacer frente a la ola de migrantes que pareciera no disminuir.
Cientos de migrantes continuaban varados en Serbia el martes después que Hungría cerró su frontera y Alemania continuaba aplicando restricciones de ingreso por primera vez en décadas.
Los ministros del Interior de la Unión Europea no lograron un consenso en Bruselas el lunes, en tanto que Alemania advirtió que podría sancionar a las naciones del bloque que no acepten una cuota de refugiados.
Serbia dice que no puede manejar la enorme cantidad de migrantes concentrados en su frontera con Hungría, después que las autoridades húngaras cerraron el principal cruce fronterizo como parte de una acción represiva contra los refugiados.
Serbia no es "un centro de acopio" dijo el canciller serbio Ivica Dacic el martes, y calificó de inaceptable que los migrantes tengan que regresar a Serbia, especialmente cuando cada vez más llegan de Grecia y Macedonia.
El primer ministro húngaro Viktor Orban dijo que bajo las nuevas medidas de seguridad implementadas el martes, su gobierno será muy severo contra aquellos que crucen la frontera ilegalmente.