KABUL/ISLAMABAD/WASHINGTON -El presidente estadounidense Joe Biden autorizó el sábado un despliegue adicional de 1.000 soldados estadounidenses en Afganistán, que se suman a los 3.000 enviados a principios de la semana pasada para apoyar la evacuación del personal estadounidense y otros aliados de Kabul a medida que los insurgentes talibanes se acercaban a la capital afgana.
El anuncio de Biden se produce cuando los talibanes han tomado la mayor parte del país, controlando 25 de las 34 capitales provinciales afganas durante la semana pasada. El movimiento armado y fundamentalista ha tomado el control de partes cruciales del país que gobernó hasta que Estados Unidos y las fuerzas de una coalición lo derrocaron tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
La impresionante ofensiva insurgente capturó a varias de ellas el sábado, incluida la cuarta ciudad más grande del norte, Mazar-e-Sharif. Mientras que Jalalabad, la última ciudad importante que queda fuera de la capital, Kabul, fue tomada el domingo.
Los avances han suscitado temores de un ataque inminente a Kabul, donde los países occidentales luchan por expulsar a sus ciudadanos.
“Hemos comunicado a los representantes de los talibanes en Doha, (Qatar), que cualquier acción de su parte sobre el terreno en Afganistán, que ponga en peligro al personal estadounidense o nuestra misión allí, se encontrará con una respuesta militar estadounidense rápida y fuerte, indicó una declaración de la Casa Blanca que citó a Biden.
Un funcionario de defensa estadounidense explicó que habrá 5,000 soldados estadounidenses en Kabul. El jueves, Biden ordenó 3.000 soldados para la misión de evacuación, 1.000 ya estaban en Kabul y 1.000 más de la 82a Aerotransportada se agregaron el sábado.
El Pentágono dijo que el primer grupo de la fuerza autorizada, de un batallón de infantería de marina, llegó el viernes y que se esperaba que el resto de las tropas estuvieran en su lugar a fines del domingo.
La medida refleja el grave estado de la seguridad en Afganistán, en momentos de que el Talibán ha capturado diversas ciudades en algunos días.
Las fuerzas de seguridad afganas entrenadas por Estados Unidos se han derrumbado ante los avances insurgentes y se han rendido sin disparar un solo tiro o se han retirado en muchos de los casos.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, ha culpado a la repentina retirada militar extranjera liderada por Estados Unidos por las impactantes pérdidas en el campo de batalla que ha sufrido su gobierno.
Con la decisión, ahora son 5.000 efectivos estadounidenses los que garantizarán lo que Biden denominó una “retirada ordenada y segura” de personal estadounidense y aliado.
Biden fijó el plazo del 31 de agosto para concluir el retiro total de las fuerzas de combate, antes del 20mo aniversario de los ataques.
También lea Los talibanes 'intentan aislar a Kabul', advierte el PentágonoEn su comunicado, Biden no explicó el desglose del despliegue de 5.000 efectivos. Sin embargo, un funcionario de defensa señaló en un comunicado que el presidente había aprobado la recomendación del secretario de Defensa, Lloyd Austin, de que el principal batallón del 82do Equipo de Combate de la Brigada Aerotransportada ayude en el retiro del personal del Departamento de Estado.
Biden reitera su decisión de retirar las tropas
El sábado, Biden defendió su decisión de retirar todas las tropas estadounidenses de la nación del sur de Asia devastada por la guerra, argumentando que las fuerzas del gobierno afgano tenían que luchar contra los talibanes.
El presidente de Estados Unidos señaló que durante los últimos 20 años, Washington ha enviado a hombres y mujeres jóvenes, ha invertido casi un billón de dólares, ha entrenado a más de 300.000 soldados y policías afganos, los ha equipado con armamento de última generación y ha mantenido sus efectivos.
"Un año más, o cinco años más, de presencia militar estadounidense no habría hecho una diferencia si el ejército afgano no puede o no quiere mantener su propio país", dijo Biden en su declaración. "Y una presencia estadounidense interminable en medio del conflicto civil de otro país no era aceptable para mí".
La retirada de las tropas estadounidenses, que está programada para completarse a fines de este mes, se derivó del acuerdo de Washington con los talibanes firmado en febrero de 2020 bajo el mandato del expresidente Donald Trump.
El sábado, Biden volvió a criticar el acuerdo, diciendo que "dejó a los talibanes en la posición militar más fuerte desde 2001".
El presidente de Estados Unidos enfatizó que tenía que tomar la decisión de cumplir con el acuerdo o aumentar la presencia militar de Estados Unidos y enviar más tropas estadounidenses para luchar una vez más en el conflicto civil afgano.
“Fui el cuarto presidente en presidir una presencia de tropas estadounidenses en Afganistán: dos republicanos, dos demócratas. No pasaría, y no pasaré, esta guerra a una quinta administración”.
La caída del sábado de Mazar-e-Sharif ante los talibanes se produjo pocas horas después de que Ghani prometiera en un mensaje de video a la nación que tenía la intención de librar la "guerra impuesta" y que se aseguraría de que las fuerzas de seguridad afganas estuvieran a la altura de la tarea.
"En el escenario actual, nuestra principal prioridad es revitalizar las Fuerzas de Seguridad y Defensa de Afganistán", dijo.
La caída de Mazar-e-Sharif dio a los talibanes el control de todo el norte del país. Los militares Atta Mohammad Noor y el mariscal Abdul Rashid Dostum, que habían prometido resistir el asalto insurgente en la ciudad del norte, huyeron al vecino Uzbekistán junto con cientos de sus combatientes.
Mazar-e-Sharif, la capital de la provincia de Balkh, fue testigo de intensos enfrentamientos antes de que el ejército afgano y las milicias progubernamentales se rindieran al avance de los talibanes, dijo a The Associated Press Abas Ebrahimzada, un legislador de la provincia de Balkh.
“Desafortunadamente, la profundidad de la conspiración, como resultado de la cual Balkh colapsó, es muy profunda. La conspiración ahora enfrenta a #Kabul y sus líderes”, tuiteó Noor sin dar más explicaciones ni habló sobre su paradero.
Funcionarios estadounidenses han subrayado que la misión de los efectivos recién llegados está restringida a ayudar en la evacuación aérea de personal de la embajada y aliados afganos, y que esperaban completarla a fines de mes. Pero podrían permanecer más tiempo si una captura de Kabul por parte de los talibanes supone una amenaza para la embajada.
En un indicio de que el Talibán podría capturar en breve Kabul, personal de la embajada estadounidense estaba destruyendo con urgencia documentos delicados, según dos oficiales militares estadounidenses que solicitaron el anonimato porque no estaban autorizados para hacer declaraciones sobre las medidas adoptadas.
"Se puede ver que están tratando de aislar a Kabul", dijo el viernes a la prensa el secretario de prensa del Pentágono, John Kirby, y advirtió que la ciudad "no se encuentra en este momento en un entorno de amenaza inminente". Aún así, calificó la velocidad del avance de los talibanes como "profundamente preocupante".
Los talibanes intentaron el sábado asegurar a los afganos que los combatientes insurgentes habían recibido instrucciones estrictas de proteger la vida y la propiedad de todos los ciudadanos del país.
“También aseguramos a todos los diplomáticos, embajadas, consulados y trabajadores caritativos, ya sean internacionales o nacionales, que no solo no les crearán problemas (los talibanes), sino que se les proporcionará seguridad y un entorno seguro, dijeron los talibanes en un comunicado entregado a medios.
Los talibanes han ignorado los llamamientos de Estados Unidos y miembros de la comunidad internacional para que cesen la hostilidad y negocien un arreglo que finalice el largo conflicto con el gobierno afgano.
El grupo insurgente exige que Ghani renuncie para que las conversaciones de paz negociadas por Estados Unidos entre las partes afganas en conflicto avancen. Ghani ha rechazado la demanda, insistiendo en que transferirá el poder a un sucesor electo y no bajo la presión de los talibanes.
El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, habló con Ghani dos veces la semana pasada para enfatizar la necesidad de encontrar un acuerdo político para la guerra afgana. La última conversación entre los dos tuvo lugar el sábado.
“Hablaron de la urgencia de los esfuerzos diplomáticos y políticos en curso para reducir la violencia. El Secretario enfatizó el compromiso de Estados Unidos con una sólida relación diplomática y de seguridad con el gobierno de Afganistán y nuestro continuo apoyo al pueblo de Afganistán”, dijo una declaración del Departamento de Estado de Estados Unidos posterior a la conversación.
[Con información de AP]
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