La capital china, Beijing, estaba envuelta en un espeso polvo marrón el lunes cuando fuertes vientos soplaron desde el desierto de Gobi y partes del noroeste de China, en lo que la agencia meteorológica ha llamado la tormenta de arena más grande en una década.
La Administración Meteorológica de China anunció una alerta amarilla por la mañana, diciendo que las tormentas de arena se habían extendido desde Mongolia Interior a las provincias de Gansu, Shanxi y Hebei, que rodean Beijing.
El experto en conservación con sede en Beijing, Zhou Jinfeng, dijo a The Associated Press que la tormenta de arena fue causada por los fuertes vientos de Mongolia y Mongolia Interior que soplaron las partículas finas del desierto hacia la capital durante la noche, haciendo el aire de un color amarillo brumoso.
Los medios estatales informan que el índice oficial de calidad del aire de Beijing alcanzó un nivel máximo de 500 el lunes por la mañana, considerado mucho más allá del punto en el que el aire es peligroso para la salud humana.
El centro de monitoreo ambiental de la ciudad dijo que las partículas de arena flotantes conocidas como PM10 se elevaron más allá de los 8,000 microgramos por metro cúbico en algunos distritos. La Organización Mundial de la Salud recomienda concentraciones medias diarias de PM10 de no más de 50 microgramos.
Beijing enfrenta tormentas de arena regulares en marzo y abril debido a su proximidad al enorme desierto, así como a la deforestación y la erosión del suelo en todo el norte de China.