Cinco cohetes fueron disparados el sábado contra una importante base estadounidense en Afganistán, pero no hubo víctimas, dijeron funcionarios provinciales y de la OTAN.
Los cohetes alcanzaron el aeródromo de Bagram, dijo Wahida Shahkar, portavoz del gobernador en la provincia norteña de Parwan.
Shahkar indicó que se colocaron 12 cohetes en un vehículo y cinco de ellos fueron disparados mientras la policía pudo desactivar a otros siete. No pudo proporcionar otros detalles sobre posibles víctimas o daños dentro de la base estadounidense y agregó que no hay víctimas entre los civiles en el área.
Un funcionario de la OTAN confirmó el ataque y dijo que los informes iniciales indicaban que el aeródromo no sufrió daños.
También lea Guerra en Afganistán ha matado o mutilado a unos 26.000 niñosNadie se ha atribuido la responsabilidad de inmediato. En abril, el grupo Estado Islámico se atribuyó la responsabilidad de cinco ataques con cohetes en la base. No hubo bajas.
El Estado Islámico también se ha atribuido la responsabilidad de múltiples ataques en la capital, Kabul, en los últimos meses, incluso contra instituciones educativas, que mataron a 50 personas, la mayoría de ellos estudiantes.
La violencia en Afganistán se ha disparado incluso cuando los negociadores del Talibán y del gobierno afgano mantienen conversaciones en Qatar, tratando de forjar un acuerdo de paz que podría poner fin a décadas de guerra. Al mismo tiempo, los talibanes han librado duras batallas contra los combatientes del EI, particularmente en el este de Afganistán, mientras continúan su insurgencia contra las fuerzas gubernamentales.
A principios de esta semana, el general estadounidense Mark Milley, jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, celebró una reunión sin previo aviso con líderes talibanes en Doha para discutir los aspectos militares del acuerdo de febrero entre su país y los talibanes.
El acuerdo, firmado en Qatar, donde los talibanes mantienen una oficina política, estaba destinado a sentar las bases para conversaciones de paz directas entre el grupo insurgente y el gobierno afgano.
Después de conversar con los talibanes, Milley voló a Kabul para consultar con el presidente afgano Ashraf Ghani e informó que enfatizó a ambas partes la necesidad de reducir rápidamente los niveles de violencia en todo el país.