Estados Unidos pidió el sábado a las autoridades rusas que liberen a los manifestantes y periodistas detenidos en toda Rusia en manifestaciones de apoyo a la liberación del opositor del Kremlin, Alexei Navalny, y condenó lo que calificó de "tácticas duras" utilizadas contra ellos.
Navalny fue detenido el 17 de enero apenas regresó a Moscú desde Alemania, donde pasó cinco meses recuperándose de un envenenamiento grave con un agente neurotóxico que muchos atribuyen al Kremlin. Las autoridades rusas alegaron que fue detenido porque su estancia en Alemania violó los términos de la sentencia suspendida en un caso penal que Navalny califica de ilegítimo.
Medios informaron que más de 3.400 manifestantes fueron arrestados el sábado por la policía rusa en todo el país. Exigían la liberación de Navalny, detenido el pasado fin de semana cuando regresó a Rusia desde Alemania por primera vez, desde que fue envenenado con un agente nervioso que según su testimonio se lo pusieron en su ropa interior agentes de la seguridad del Estado en agosto. El propio Navalny había pedido a sus simpatizantes la protesta.
"Estados Unidos condena enérgicamente el uso de tácticas duras contra manifestantes y periodistas este fin de semana en ciudades de toda Rusia. Antes de los eventos de hoy, el gobierno ruso trató de suprimir los derechos de reunión pacífica y la libertad de expresión hostigando a los organizadores de protestas, amenazando las plataformas de redes sociales y arrestando preventivamente a posibles participantes", dijo el portavoz del Departamento de Estado de Estados Unidos, Ned Price, en un comunicado, pidiendo la liberación "incondicional" de Navalny.
"Hacemos un llamado a las autoridades rusas para que liberen a todos los detenidos por ejercer sus derechos universales", afirmó el texto.
Las autoridades rusas habían advertido a las personas que se mantuvieran alejadas de las protestas del sábado, diciendo que se arriesgaban a contraer el COVID-19, así como a ser detenidos y posiblemente encarcelados por asistir a un evento no autorizado.
Pese a ello, las protestas tuvieron lugar en decenas de ciudades rusas pese a las frías temperaturas, que cayeron hasta -50 Celsius (-58 F). Observadores indican que son una muestra del incremento de la influencia de Navalny fuera de los centros políticos y culturales de Moscú y San Petersburgo.
Medios reportaron que en Moscú, unos 15.000 manifestantes se congregaron en la Plaza Pushkin y sus alrededores, donde estallaron choques con la policía y muchos participantes fueron arrastrados por agentes antimotines a buses y furgonetas de detención. Algunos fueron golpeados con batones.
La esposa de Navalny, Yulia, estaba entre los arrestados, informó la agencia AP.
Medios reportaron además que la policía eventualmente sacó a los manifestantes de la plaza. Miles de ellos entonces se reagruparon a lo largo de un boulevard a un kilómetro de distancia. Algunos de ellos lanzaron bolas de nieve a la policía, antes de dispersarse.
Algunos acudieron más tarde a protestar en las afueras de la cárcel en la que está detenido Navalny. La policía arrestó a varias personas allí.
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Navalny deberá comparecer a una audiencia judicial a principios de febrero que determinará su sentencia en el caso penal por fraude y lavado de dinero, que Navalny dice que tuvo motivaciones políticas. Podría verse condenado a tres años y medio de cárcel.
La policía de Moscú arrestó el jueves a tres importantes asociados de Navalny, dos de los cuales fueron luego encarcelados por períodos de nueve y diez días.
Navalny cayó en coma mientras viajaba a bordo de un vuelo doméstico de Siberia a Moscú el 20 de agosto. Fue trasladado de un hospital en Siberia a un hospital de Berlín dos días después. Los laboratorios en Alemania, Francia y Suecia, y las pruebas realizadas por la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas, establecieron que estuvo expuesto al agente neurotóxico de la era soviética Novichok.
No hubo comentarios inmediatos del Kremlin, que anteriormente había calificado las protestas de ilegales y que era parte del trabajo de "provocadores".
Los fiscales estatales dijeron que investigarían la presunta violencia contra agentes de policía por parte de manifestantes.