Los gobiernos de Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá y Australia emitieron este jueves una declaración conjunta en que reiteran su preocupación por la decisión de Beijing de imponer una ley de seguridad nacional en Hong Kong.
El Parlamento chino aprobó este jueves la nueva ley, que prevendría y castigaría los actos de "secesión, subversión o actividades terroristas" que amenazan la “seguridad nacional”. También permitiría a los órganos de seguridad nacional chinos establecer agencias en Hong Kong.
Los signatarios de la declaración conjunta afirmaron que “la comunidad internacional mantiene un interés significativo y duradero en la prosperidad y estabilidad de Hong Kong”.
“La imposición directa de una ley por las autoridades de Beijing, en lugar de a través de las propias instituciones de Hong Kong, como establece el Artículo 23 de la Ley Básica, reducirá las libertades del pueblo de Hong Kong, y al hacerlo, erosionará drásticamente la autonomía de Hong Kong y el sistema lo hizo tan próspero”, sostiene el comunicado.
El documento agrega que “la decisión de China está en conflicto directo con sus obligaciones internacionales bajo los principios de la Declaración Conjunta Chino-británica registrada en Naciones Unidas, que está obligada a cumplir”.
“La ley propuesta socava la estructura de 'un país, dos sistemas' y también plantea la perspectiva de procesamientos en Hong Kong por delitos políticos, y socava los compromisos existentes que protegen al pueblo de Hong Kong , incluyendo los establecidos en el Pacto Internacional sobre Derechos Civiles y Políticos y el Pacto Internacional sobe Derechos Económico, Sociales y Culturales”, dijeron los cuatro países.
También lea EE.UU. ya no considerará a Hong Kong un territorio autónomoLa declaración apunta que “restablecer la confianza de la sociedad de Hong Kong para permitir que las personas de Hong Kong disfruten los derechos y las libertades que les prometieron es la única forma de superar las tensiones y los disturbios ocurridos en el territorio en el último año”.
El documento llama al gobierno de China a trabajar con las autoridades locales y el pueblo de Hong Kong para “encontrar un acuerdo mutuamente aceptable que cumpla con las obligaciones internacionales de China bajo la Declaración Conjunta Chino-británica registrada en Naciones Unidas”.
La legislación ha sido ampliamente condenada también por grupos empresariales y las naciones occidentales como una sentencia de muerte para el estatus de Hong Kong bajo el concepto de "un país, dos sistemas".
El miércoles, el secretario de Estado, Mike Pompeo, dijo en una carta al Congreso que Estados Unidos ya no considerará a Hong Kong como un territorio autónomo de China.
El anuncio tuvo lugar después de que la Casa Blanca dijo el martes que el presidente Donald Trump estaba "disgustado" por la maniobra del gobierno chino.