Estados Unidos está advirtiendo a Turquía en contra de tomar pasos adicionales para poner en operación su sistema de defensa aérea S-400, de fabricación rusa, afirmando que habrían consecuencias aún si eso significa empujar a Ankara más cerca de una alianza con Moscú.
Las relaciones Washington y Ankara, que se han amargado en años recientes, llegaron a un nuevo punto bajo la semana pasada cuando el presidente Recep Tayyip Erdogan confirmó que su ejército había probado el sistema de fabricación rusa.
El anuncio desató las condenas de oficiales de Defensa estadounidenses. Un funcionario clave del Departamento de Estado dijo el miércoles que el riesgo de nuevas sanciones contra Turquía era muy real”.
"Las sanciones son algo que definitivamente está sobre la mesa”, dijo el subsecretario de Estado, R. Clarke Cooper.
Incompatible
“No solo es el sistema S-400 incompatible con las plataformas militares estadounidenses , pero tampoco lo es con las de la OTAN”, dijo Cooper.
"Operativizar un activo como ese incurre más riesgos de sanciones y más riesgos de restricciones”, agregó.
Turquía firmó un acuerdo para comprar el sistema de defensa aérea ruso en el 2017. Las primeras entregas empezaron en julio del 2019.
Desde entonces, Estados Unidos ha suspendido a Turquía de participar en el programa del avión caza F-35 y ha reiteradamente amenazado con sanciones a Ankara, aunque ninguna ha sido impuesta.
Cooper indicó el miércoles que la paciencia de Washington con Ankara podría estarse agotando.
"Lo que Turquía desperdició durante el último año fue una oportunidad para reconciliar y regresar a un buen espacio y un buen camino con Estados Unidos y la OTAN”, dijo.
Funcionarios estadounidenses advierten que el uso por parte de Turquía de avanzada tecnología rusa de radar podría poner en riesgo los sistemas militares de la OTAN y podría ser usado para derribar aviones de la OTAN, incluyendo al F-35.
Erdogan sin embargo, ha desestimado las advertencias, diciendo a los periodistas la semana pasada que la postura estadounidense “absolutamente no nos preocupa”.
A pesar del aparente impase, Estados Unidos no se ha dado por vencido en encontrar una forma de traer de regreso a Ankara.
Cooper, quien recientemente regresó de una visita a Grecia y Bulgaria, dijo que Estados Unidos invitó a ambos países, así como a otros aliados de la OTAN, a hacer lo que puedan “para asegurarse que Turquía permanezca en Occidente”.
'Roles significativos' para Turquía
"Es en detrimento de la alianza no tener a Turquía dentro de la alianza”, dijo Cooper. “Hay roles significativos que ellos aún mantienen con nosotros… en la seguridad de Europa y en la región”.
Aún está por verse si esos esfuerzos pueden sobreponerse a lo que funcionarios estadounidenses como Cooper describen como “acciones disruptivas de Moscú para separarnos”.
Si fallan, los funcionarios estadounidenses advierten que Ankara, como Estados Unidos y la OTAN, podrían sufrir.
"El único beneficiado de que Turquía abandone a Occidente o que esté separado de Europa, sería Moscú”, dijo Cooper. “Habría una ganancia reducida, incluso para Turquía”.