Las agencias de ayuda de la Organización de Naciones Unidas (ONU) están organizando una gran operación en apoyo a las decenas de miles de damnificados por la devastadora explosión del martes, que arrasó con el corazón de la capital del Líbano, Beirut.
Los últimos informes sitúan el número de muertos en 150, con más de 5.000 heridos.
La ONU ha dispuesto millones de dólares de su fondo de emergencia. También ha enviado equipos de búsqueda y rescate a Beirut para intentar encontrar a más sobrevivientes entre los escombros, así como personal para evaluar las necesidades y coordinar las operaciones de socorro de sus agencias de ayuda afiliadas.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha enviado más de 2.000 kits de intervención quirúrgica y de trauma, así como medicamentos y equipos médicos.
La entidad mundial de salud informó que los desafíos para tratar a los heridos y enfermos son enormes, ya que la explosión destruyó tres hospitales y dañó parcialmente otros dos.
El portavoz de la OMS, Christian Lindmeier, dijo que muchos pacientes están siendo trasladados a instalaciones de atención médica fuera de Beirut para recibir tratamiento. El apoyo social y de salud mental son necesidades críticas para las personas traumatizadas, dijo, pero agregó que la pandemia de COVID-19 sigue siendo una preocupación.
"Debido a la explosión, 17 contenedores de suministros médicos esenciales de la OMS fueron destruidos y los equipos de protección personal se quemaron por completo", dijo. "Los trabajadores de salud que tratan a pacientes con COVID-19 carecen de este equipo de protección personal y los hospitales que reciben a pacientes heridos están abrumados y necesitan suministros médicos urgentes, ya que el número de casos de COVID-19 en el Líbano estaba aumentando antes de la explosión".
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El Programa Mundial de Alimentos (PMA) también expresó su preocupación por la propagación de esta enfermedad mortal en un país donde más del 50% de la población vive por debajo del umbral de pobreza y tiene dificultades para alimentarse.
El PMA señaló que el Líbano importa casi el 85% de sus alimentos. La portavoz de la agencia, Elisabeth Byrs, dijo que el puerto de Beirut resultó gravemente dañado por la explosión, lo que podría limitar el flujo de suministros de alimentos al país.
"Una encuesta reciente del PMA sobre el impacto de la crisis económica y el brote de COVID-19 muestra que los alimentos se han convertido en una fuente importante de preocupación para el 50% de los libaneses, que dicen que les preocupa no tener suficientes alimentos para comer", dijo.
El PMA distribuirá paquetes de alimentos a miles de familias afectadas por la explosión de Beirut. Además, dijo Byrs, la agencia planea importar harina de trigo y granos para panaderías y molinos para ayudar a protegerse contra la escasez de alimentos en el país.