Durante su tradicional discurso de Pascua, el papa Francisco calificó el domingo de "escandaloso" la persistencia de las guerras y el aumento de los arsenales militares en todo el mundo en medio del sufrimiento social y económico causado por la pandemia del coronavirus.
Francisco atemperó su discurso "Urbi et Orbi" (en latín "A la ciudad y al mundo") con deseos de alegría en el día de la fiesta cristiana junto con relatos de dolor de los muchos conflictos armados del mundo y otras fuentes de violencia en África, Oriente Medio, Asia y Europa del Este.
También hizo un llamado a la comunidad internacional para superar los retrasos en la distribución de las vacunas para el COVID-19 y garantizar que los suministros lleguen a los países más pobres.
"Todos, especialmente los más vulnerables entre nosotros, requieren asistencia y tienen derecho a tener acceso a la atención necesaria", dijo el pontífice.
Al describir las vacunas como una "herramienta esencial" en la batalla contra la pandemia, Francisco pidió un "espíritu de responsabilidad global" y alentó a las naciones a superar "los retrasos en la distribución de vacunas y facilitar su distribución, especialmente en los países más pobres".
También lamentó que persista la guerra durante la pandemia.
También lea Los cristianos celebran su segunda Pascua de la pandemia"La pandemia aún se está extendiendo, mientras que la crisis social y económica sigue siendo grave, especialmente para los pobres. Sin embargo, y esto es escandaloso, los conflictos armados no han terminado y los arsenales militares se están fortaleciendo ", dijo Francisco, sonando enojado. "Este es el escándalo de hoy".
Pronunció el discurso aproximadamente una hora después de celebrar la Misa de Pascua en la Basílica de San Pedro, con unos 200 fieles en los bancos esperando su regreso, de acuerdo con los protocolos de la pandemia.
Normalmente, el discurso sobre los asuntos mundiales se pronuncia desde el balcón central de la basílica con vistas a la Plaza de San Pedro. En cambio, por segunda Pascua consecutiva, se leyó en interiores para evitar que llegaran multitudes a la explanada.
"Queridos hermanos y hermanas, una vez más este año, en varios lugares, muchos cristianos han celebrado la Pascua bajo severas restricciones y, en ocasiones, sin poder asistir a las celebraciones litúrgicas", dijo Francisco, antes de ofrecer una bendición apostólica especial a los fieles de todo el mundo.
"Oramos para que esas restricciones, así como todas las restricciones a la libertad de culto y religión en todo el mundo, puedan ser levantadas y que todos puedan orar y alabar a Dios libremente", agregó.