Ante reportes de quejas por robos en tiendas, migrantes pidiendo limosna o tocando puertas en vecindarios buscando ayuda, la alcaldía impuso a partir de este martes un toque de queda, desde las 11 de la noche hasta las 6 de la mañana, para las 1.900 personas hospedadas en cuatro refugios. Oscar Pérez, migrante venezolano, dice que la medida es desproporcionada.
“Por ejemplo aquellos migrantes que ya tienen sus papeles en regla, su permiso de trabajo y ya se encuentran laborando, pues se les hace un poco complicando porque normalmente hay muchos horarios que empiezan a las 2-4 de la mañana y normalmente son muy lejos entonces es muy difícil y por ejemplo no se va a poder descansar”, comentó Oscar Pérez, Migrante venezolano.
Sin embargo, las autoridades darán permisos a aquellos que por trabajo, viaje o citas médicas lo necesiten y están contemplando expandir el toque de queda a los 200 refugios de emergencia que actualmente albergan migrantes.
“Esta no es la primera vez que tenemos toques de queda en el sistema. Durante el verano tuvimos toques de queda en varios de nuestros sitios. Esto es algo que no es nuevo. Es algo que hemos hecho en el pasado y que ahora también estamos implementando en algunos de nuestros sitios”, dijo Zach Iscol, Comisionado de la oficina de manejo de emergencias.
Esta es otra de las normas impuestas por la alcaldía luego de que se cumpliera el plazo de 60 días para las primeras familias que tuvieron que desalojar los refugios municipales, con el fin de reducir la población migratoria al cuidado de las autoridades locales.
Otro de los obstáculos es la desinformación, que empujó a un grupo de migrantes a pasar la noche en medio de temperaturas gélidas afuera de una oficina municipal con la idea de obtener una identificación local para poder trabajar, según reporta el NY Times. Cuando los permisos de trabajo son solo de facultad federal.