El problema para el Presidente es que aunque el público estadounidense cree que el régimen de Assad es culpable del ataque con armas químicas, no creen que sea de interés nacional involucrarse en la guerra civil de Siria.
El gobierno del presidente Barack Obama lanza este lunes dos días de intensa ofensiva mediática para convencer al Congreso y a los estadounidenses de lo que dice es la necesidad de atacar militarmente a Siria.
Altos asesores de seguridad ofrecerán esta semana presentaciones con información secreta y a puertas cerradas a congresistas. El Presidente también ofrecerá entrevistas a seis cadenas de televisión antes de su discurso a la nación programado para el martes.
Además, el gobierno está entregando videos a sus aliados, legisladores y periodistas, en los que se muestran a las víctimas civiles de los ataques químicos como prueba que despeja las dudas de que fueron las fuerzas del presidente Bashar al-Assad quienes las utilizaron en los suburbios de Damasco el mes pasado, matando a 1.400 personas.
Los funcionarios estadounidenses dicen que quieren degradar y disuadir a Siria de volver a utilizar armas químicas y añaden que no hacer nada llevaría a más ataques con gases neurotóxicos y al endurecimiento de la guerra.
El presidente Obama ha prometido buscar aprobación de parte del Congreso antes de responder. Pero muchos congresistas dicen que su plan no está bien definido y que puede involucrar a Estados Unidos en otra guerra.
Una encuesta divulgada por la cadena estadounidense CNN indica que aunque 8 de 10 estadounidenses creen que el régimen de Assad es responsable de los ataques químicos, una gran mayoría no quiere que el Congreso apruebe una resolución de autorización del ataque.
Siete de cada 10 estadounidenses piensan que un ataque a Siria no cumpliría ningún objetivo de Estados Unidos y que no es del interés nacional involucrarse en una guerra en Siria.
Altos asesores de seguridad ofrecerán esta semana presentaciones con información secreta y a puertas cerradas a congresistas. El Presidente también ofrecerá entrevistas a seis cadenas de televisión antes de su discurso a la nación programado para el martes.
Además, el gobierno está entregando videos a sus aliados, legisladores y periodistas, en los que se muestran a las víctimas civiles de los ataques químicos como prueba que despeja las dudas de que fueron las fuerzas del presidente Bashar al-Assad quienes las utilizaron en los suburbios de Damasco el mes pasado, matando a 1.400 personas.
Los funcionarios estadounidenses dicen que quieren degradar y disuadir a Siria de volver a utilizar armas químicas y añaden que no hacer nada llevaría a más ataques con gases neurotóxicos y al endurecimiento de la guerra.
El presidente Obama ha prometido buscar aprobación de parte del Congreso antes de responder. Pero muchos congresistas dicen que su plan no está bien definido y que puede involucrar a Estados Unidos en otra guerra.
Una encuesta divulgada por la cadena estadounidense CNN indica que aunque 8 de 10 estadounidenses creen que el régimen de Assad es responsable de los ataques químicos, una gran mayoría no quiere que el Congreso apruebe una resolución de autorización del ataque.
Siete de cada 10 estadounidenses piensan que un ataque a Siria no cumpliría ningún objetivo de Estados Unidos y que no es del interés nacional involucrarse en una guerra en Siria.