El presidente Barack Obama advirtió que seguirá adelante con sus planes de actuar por su cuenta en el tema inmigratorio aún si esto representa chocar de lleno con los republicanos en el Congreso cuando ni siquiera termina la actual legislatura.
“Ellos tienen la capacidad para arreglar el sistema. Lo que no pueden hacer es esperar que me quede sin hacer nada a perpetuidad con un sistema que no funciona”, dijo en una conferencia de prensa desde Myanmar.
“Esto es algo que es necesario hacer. Hace tiempo que debió hacerse. Hemos estado hablando de esto durante 10 años y se ha mantenido constantemente estancado”.
Citando fuentes de gobierno familiarizados con la discusión, diversos medios estadounidenses reportaron el jueves que el presidente Obama podría estar preparando el anuncio sobre las acciones ejecutivas a tomar, tan pronto como la semana entrante, cuando regrese de su gira por Asia.
Dichas acciones protegerían de la deportación a entre cinco y seis millones de inmigrantes indocumentados que viven desde hace años en Estados Unidos.
La cifra estimada incluiría a los padres y esposos de ciudadanos estadounidenses y residentes permanentes que no tienen papeles, y también podría expandir el programa de protección a los jóvenes inmigrantes llamados “dreamers” y a sus padres.
La idea de Obama es que las agencias de inmigración se enfoquen en deportar criminales y en quienes han violado repetidamente las leyes migratorias.
Mientras tanto, los republicanos parecen divididos sobre cómo responder al presidente. El liderazgo republicano se decanta por usar el nuevo poder republicano en el Congreso para hacer cambios a la ley de manera incremental en los meses que vienen.
La segunda opción, que favorecen los más conservadores y cercanos al Tea Party, es la de no aprobar el presupuesto y cerrar el gobierno por un período de tiempo hasta que ceda el presidente.
Otras opciones son demandar legalmente a Obama por excederse en sus funciones y hasta enjuiciarlo políticamente.
“Vamos a confrontar con el presidente con uñas y dientes si continua por este camino”, advirtió el jueves el presidente de la Cámara de Representantes, John Boehner.
“Esta es la manera equivocada de gobernar. Esto es exactamente lo que el pueblo estadounidense dijo el día de la elección que no quería ver”, añadió.
El próximo líder de la mayoría del Senado, Mitch McConnell, bajó la retórica un tanto.
“No vamos a cerrar el gobierno ni vamos a amenazar caer en el impago con la deuda nacional”, dijo dos veces el jueves, pero cuando se le preguntó qué es lo que harían entonces, murmuró: “Ya se los haremos saber”.