Entre la espada y la pared

Los costos políticos de apoyar o de vetar la solicitud palestina son altos para el presidente Barack Obama, dijeron expertos.

Los palestinos exigen su admisión como estado miembro de las Naciones Unidas esta semana, una iniciativa diplomática que podría costarles un crucial apoyo financiero y el daño permanente de la imagen de Estados Unidos en el Medio Oriente.

El gobierno de Estados Unidos prometió bloquear la solicitud palestina ejerciendo su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU. Políticos y expertos de la región especulan acerca de lo que los palestinos intentan lograr. Sin embargo, a medida que la confrontación sube de decibeles, los diplomáticos temen que esto podría significar otro revés para el proceso de paz en el Medio Oriente.

El proceso de paz surgió a raíz de conversaciones que comenzaron en la década siguiente a la guerra árabe-israelí de 1967. Las negociaciones se han desarrollado y estancado de una forma u otra desde entonces. Durante esos años, Israel ha trasladado a más de 500.000 de sus ciudadanos en territorio capturado a los palestinos y sus aliados árabes durante el conflicto.

Desde el punto de vista palestino, las negociaciones formales han sido un fracaso. Todavía no tienen un Estado soberano propio y los israelíes han colonizado gran parte de lo que solían ser las tierras palestinas.

Es por eso que muchos palestinos creen que la solicitud de admisión a Naciones Unidas como miembro pleno es un derecho que se les debe desde hace mucho tiempo. Y es por eso que el presidente palestino, Mahmoud Abbas, hará la solicitud en su discurso ante la ONU el viernes.

“Es un mensaje, realmente, de una falta de confianza en la gestión estadounidense en el proceso de paz”, dijo Khaled Elgindy, ex asesor de los líderes palestinos. “Ellos no están contentos con las cosas que han pasado y con el hecho de que Estados Unidos realmente no ha ideado una estrategia alternativa”.

Todo esto plantea un dilema para los Estados Unidos, que apoya la creación de un Estado palestino soberano junto con Israel, pero insiste en que esto sólo es posible a través de negociaciones directas entre las dos partes. Sólo a través de esas conversaciones, los diplomáticos estadounidenses creen que obtendrán las características reales de un Estado: fronteras reconocidas, seguridad interna, acuerdos comerciales, controles de divisas, etc.

Estas convicciones, así como la amistad histórica entre Washington e Israel, son los principales factores por los cuales Estados Unidos amenaza con vetar la petición de los palestinos ante la ONU. Pero ejercer ese veto podría ser costoso para el país norteamericano.

Si Washington bloquea la solicitud palestina, corre el riesgo de “perder la poca credibilidad que le queda en el mundo árabe”, dijo el ex embajador de Arabia Saudita ante la ONU, Turki al-Faisal.

“La influencia estadounidense se reducirá aún más, la seguridad israelí se verá afectada e Irán se sentirá más fuerte, aumentando las posibilidades de una nueva guerra en la región”, advirtió al-Faisal en una columna publicada en el New York Times.

Fawaz Gerges, un experto en Medio Oriente de la London School of Economics dijo a la Voz de América que Obama está “contra la espada y la pared”. "El presidente Obama se enfrenta a un dilema muy estratégico y, obviamente, ha tomado una decisión - es decir, que no puede pagar los costos políticos de abstenerse o de apoyar una solicitud palestina ante las Naciones Unidas", dijo Gerges.

El gobierno de Obama es muy consciente de los riesgos y ha estado cabildeando furiosamente detrás de escena para evitar que los palestinos presenten la solicitud ante el Consejo de Seguridad de la ONU. Washington ha estado tratando de convencer a los palestinos de regresar a la mesa de negociación con Israel.

El mandatario estadounidense se reunió por la mañana con el premier israelí, y por la tarde lo hará con el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas. Antes de la reunión, un funcionario del partido de Abbas dijo que los palestinos están dando "algo de tiempo" al Consejo de Seguridad para estudiar su solicitud de ingreso como miembro pleno de ONU.

Una opción es persuadir a los palestinos que en vez de presentar su solicitud para ser considerados como Estado miembro pleno por el Consejo de Seguridad, pidan ser reconocidos por la Asamblea General de la ONU, donde Estados Unidos no tiene derecho de veto. El reconocimiento de la Asamblea General sería el de un “Estado observador”, lo cual significa que los palestinos no gozarían de todos los derechos de los cuales gozan los Estados miembros soberanos.

De lo contrario, si los palestinos proceden con presentar su solicitud ante el Consejo de Seguridad, Estados Unidos puede utilizar su derecho a veto con las consecuencias que eso acarreará. Con la ayuda de sus aliados europeos, el gobierno de Obama todavía cree que es posible revertir esta situación.