El mandatario intenta presionar al Congreso para que apruebe leyes que prohíban los fusiles de asalto y los cargadores de gran capacidad, como los usados en Newtown.
El presidente Barack Obama anunció formalmente este miércoles el plan de su gobierno para ejercer un mejor control de armas en Estados Unidos, y presionó al Congreso para que apruebe leyes que prohíban los fusiles de asalto y los cargadores de gran capacidad.
El presidente dijo respetar “nuestra fuerte tradición de poseer armas”, pero urgió al Congreso a aprobar “de inmediato”, medidas que ayuden a evitar que suceda nuevamente una matanza como la de Newtown.
Dirigiéndose a las familias de las víctimas, algunas de ellas presentes en la Casa Blanca, el vicepresidente Joe Biden, encargado de la fuerza de trabajo que propuso las medidas contempladas en el plan, dijo que para la Nación la matanza en la escuela primaria Sandy Hook “ha sido difícil de comprender, difícil de asimilar”, por lo que dijo que “tenemos la obligación moral de que no vuelva a suceder… tenemos que hacer lo que podamos, tan pronto como podamos”.
La propuesta de Obama incluye 23 acciones ejecutivas que el presidente asume por su cuenta, aun sabiendo que su alcance será limitado y en algunos casos, implican sólo la aplicación de leyes existentes.
El mandatario intenta hacer su mejor esfuerzo –el más importante de las últimas dos décadas en este tema— y para que los legisladores sientan su peso, durante la presentación de plan se hizo acompañar de cuatro niños escogidos entre quienes enviaron cartas sobre la violencia al Presidente luego de la matanza de la escuela primaria Sandy Hook.
“Si pudiéramos hacer aunque sea algo para evitar la violencia armada, deberíamos tratar”, dijo el presidente. “Yo haré mi parte”, a la vez que prometió hacer uso del peso de la presidencia para lograrlo.
Los analistas temen que el rechazo de republicanos y de demócratas conservadores para restringir la venta de los fusiles de asalto y de los cargadores con más de 10 balas, junto con el requisito de una revisión universal de los antecedentes de posibles compradores, así como la oposición absoluta de la Asociación Nacional de Portadores de Armas (National Rifle Association, NRA), sea tan fuerte que resulte imposible de superar.
"Es cierto que reducir la violencia armada es un reto complicado", dijo el presidente, "pero proteger a nuestros hijos no debería ser algo que nos divida".
El presidente dijo respetar “nuestra fuerte tradición de poseer armas”, pero urgió al Congreso a aprobar “de inmediato”, medidas que ayuden a evitar que suceda nuevamente una matanza como la de Newtown.
Dirigiéndose a las familias de las víctimas, algunas de ellas presentes en la Casa Blanca, el vicepresidente Joe Biden, encargado de la fuerza de trabajo que propuso las medidas contempladas en el plan, dijo que para la Nación la matanza en la escuela primaria Sandy Hook “ha sido difícil de comprender, difícil de asimilar”, por lo que dijo que “tenemos la obligación moral de que no vuelva a suceder… tenemos que hacer lo que podamos, tan pronto como podamos”.
La propuesta de Obama incluye 23 acciones ejecutivas que el presidente asume por su cuenta, aun sabiendo que su alcance será limitado y en algunos casos, implican sólo la aplicación de leyes existentes.
El mandatario intenta hacer su mejor esfuerzo –el más importante de las últimas dos décadas en este tema— y para que los legisladores sientan su peso, durante la presentación de plan se hizo acompañar de cuatro niños escogidos entre quienes enviaron cartas sobre la violencia al Presidente luego de la matanza de la escuela primaria Sandy Hook.
“Si pudiéramos hacer aunque sea algo para evitar la violencia armada, deberíamos tratar”, dijo el presidente. “Yo haré mi parte”, a la vez que prometió hacer uso del peso de la presidencia para lograrlo.
Los analistas temen que el rechazo de republicanos y de demócratas conservadores para restringir la venta de los fusiles de asalto y de los cargadores con más de 10 balas, junto con el requisito de una revisión universal de los antecedentes de posibles compradores, así como la oposición absoluta de la Asociación Nacional de Portadores de Armas (National Rifle Association, NRA), sea tan fuerte que resulte imposible de superar.
"Es cierto que reducir la violencia armada es un reto complicado", dijo el presidente, "pero proteger a nuestros hijos no debería ser algo que nos divida".