El Senado avanza en la aprobación de una ley que prohíbe despedir un empleado debido a su orientación sexual o identidad de género.
Siete senadores republicanos se unieron a 54 demócratas y dieron el primer paso en la aprobaciónl de la ley contra la discriminación laboral, conocida por sus siglas en inglés como ENDA que protege a la comunidad homosexual en Estados Unidos.
Con un margen de 61 a 30, que garantiza virtualmente su éxito, al menos en el Senado durante los próximos días no se puede cantar victoria porque esta ley que prohibiría el despido de un trabajador por su preferencia sexual tiene fuerte oposición en la Cámara de Representantes.
En apoyo a esta ley el presidente de EE.UU., Barack Obama, publicó un blog en el diario The Huffington Post en el que recordó que las personas que viven en EE.UU. “no pueden ser despedidas de su trabajo por el color de su piel ni por ser cristianos o judíos ni mujeres ni personas con discapacidades”.
"Como presidente, yo siempre he creído que los estadounidenses gays y lesbianas deben ser tratados con justicia e igualdad ante la ley. Con el tiempo, yo también llegué a creer que las parejas del mismo sexo deberían poder casarse como cualquier otra persona", sostuvo el presidente estadounidense.
Sin embargo, dijo que hoy por hoy, en muchos estados una persona sí puede perder su empleo “por ser lesbiana, gay, bisexual o transexual”, situación que calificó de ofensiva e injusta y “tiene que acabar”.
Por eso, el presidente opinó que el Congreso tiene que aprobar la ley ENDA “específicamente dictando que es ilegal despedir a alguien debido a su orientación sexual o identidad de género”.
Según Obama, el proyecto de legislación cuenta con el apoyo tanto de legisladores demócratas como republicanos, así como “de la mayoría de las personas que viven en Estados Unidos”.
También, dijo, las empresas están de acuerdo, y “la mayoría de las compañías Fortune 500 y las pequeñas empresas ya cuentan con normativas de no-discriminación que protegen a los empleados LGBT" (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales).
Obama subrayó que ya el país dispone de otras leyes antidiscriminatorias en las viviendas y hospitales que reciben fondos federales, contra los delitos de odio, para proteger a los homosexuales en las fuerzas armadas, y a las mujeres de la violencia, entre otras.
Con un margen de 61 a 30, que garantiza virtualmente su éxito, al menos en el Senado durante los próximos días no se puede cantar victoria porque esta ley que prohibiría el despido de un trabajador por su preferencia sexual tiene fuerte oposición en la Cámara de Representantes.
En apoyo a esta ley el presidente de EE.UU., Barack Obama, publicó un blog en el diario The Huffington Post en el que recordó que las personas que viven en EE.UU. “no pueden ser despedidas de su trabajo por el color de su piel ni por ser cristianos o judíos ni mujeres ni personas con discapacidades”.
"Como presidente, yo siempre he creído que los estadounidenses gays y lesbianas deben ser tratados con justicia e igualdad ante la ley. Con el tiempo, yo también llegué a creer que las parejas del mismo sexo deberían poder casarse como cualquier otra persona", sostuvo el presidente estadounidense.
Sin embargo, dijo que hoy por hoy, en muchos estados una persona sí puede perder su empleo “por ser lesbiana, gay, bisexual o transexual”, situación que calificó de ofensiva e injusta y “tiene que acabar”.
Por eso, el presidente opinó que el Congreso tiene que aprobar la ley ENDA “específicamente dictando que es ilegal despedir a alguien debido a su orientación sexual o identidad de género”.
Según Obama, el proyecto de legislación cuenta con el apoyo tanto de legisladores demócratas como republicanos, así como “de la mayoría de las personas que viven en Estados Unidos”.
También, dijo, las empresas están de acuerdo, y “la mayoría de las compañías Fortune 500 y las pequeñas empresas ya cuentan con normativas de no-discriminación que protegen a los empleados LGBT" (lesbianas, gays, bisexuales y transexuales).
Obama subrayó que ya el país dispone de otras leyes antidiscriminatorias en las viviendas y hospitales que reciben fondos federales, contra los delitos de odio, para proteger a los homosexuales en las fuerzas armadas, y a las mujeres de la violencia, entre otras.