El empresario y periodista José Rubén Zamora no ha dudado en comparar a Guatemala con Rusia por el control que la inteligencia militar de dichos países han logrado en todo el aparato de Estado, con la diferencia que -a su criterio- los guatemaltecos llevan casi una década en delantera a los rusos que vieron el colapso de la Unión Soviética a finales de 1991, donde comenzó a gestarse el gobierno de Vladimir Putin.
Este comunicador que ha sorteado en más de cuatro décadas de carrera periodística, obstáculos y persecución, por impulsar medios de comunicación independientes, ha sostenido sus denuncias con investigaciones periodísticas, fuentes y documentos que han dejado al descubierto entramados de corrupción y de crimen organizado dentro del Estado.
De ahí que su valoración de la clase política y la democracia reestablecida en Guatemala -a pleno- con la firma de los Acuerdos de Paz en 1996 la ve con reserva. “Nuestra democracia sufrió una metamorfosis siniestra, espantosa, y lo que tenemos es que elegimos cada cuatro años a un presidente, a un cliptodictador, ladrón que gobierna con los carteles y con lo que se ha convertido en la cleptocracia, políticos que viven no para ser intermediarios de la sociedad, sino para enriquecerse”, ha dicho.
Y para explicar la profundidad de la presión del poder de las argollas del crimen dentro del aparato de Estado se ha remitido a las comparaciones con el gobierno ruso.
También lea La OTAN invita a Finlandia y Suecia a adherirse y dice que Rusia es una "amenaza directa"“Rusia y Guatemala cayeron en manos de inteligencia militar, la diferencia es que en Guatemala inteligencia militar tomó control del país en 1982, y empezaron con contrabando convencional que significa ahora alrededor de 1,8 billones de dólares al año y le ha servido de base para diversificarse, por ejemplo el Ejército de Guatemala vende armas al narcotráfico”, dijo años atrás mientras desde los aportes de investigación de elPeriódico ponía entre las cuerdas al gobierno de Otto Pérez Molina, con una ciudadanía indignada con los descubrimientos que empujó hasta tumbar al mandatario.
Esto mientras la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), auspiciada por Naciones Unidas, investigaba las estructuras criminales como “La Línea” enraizadas en el Estado, y cuya descubrimiento e intentos de desmantelarla llevó a la cárcel al expresidente Pérez Molina y la vicepresidenta Roxana Baldetti.
En medio del revuelo, José Rubén Zamora vivía una presión con decenas de denuncias en los tribunales del país por diferentes cargos, y una de las más notorias era la que impulsaba Baldetti que se basaba en una ley contra la violencia a las mujeres para denunciarlo por una “relación íntima” que alegaba la funcionaria para desmérito del comunicador que se mantuvo estoico para sortearlas ileso.
Hoy desde la prisión y bajo los cargos que le imputa el Ministerio Público dirigido por la fiscal Consuelo Porras, y el jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) Rafael Curruchiche, ambos sancionados por Estados Unidos en la Lista Engel, le han impuesto supuestos cargos de lavado de dinero y conspiración, chantaje y una serie de delitos que el ente fiscal extendió incluso a sus defensores particulares para minar su defensa.
También lea Crece presión internacional por libertad de director de elPeriódico en Guatemala“La aprehensión no tiene ninguna relación en su calidad de periodista, sino por un posible hecho de lavado de dinero en su calidad de empresario”, dijo Curruchiche en un video de dos minutos difundido en redes sociales cuando fue capturado.
Zamora ha dicho que en el contexto actual, seguirá la batalla con serenidad, aunque reconoce que “no hay confianza” en la justicia e independencia del Poder Judicial del país, misma que ha observado Estados Unidos, la Unión Europea, Naciones Unidas y otras instancias de derechos humanos a nivel internacional, que han pedido al estado de Guatemala respetar las garantías y el debido proceso al periodista detenido.
Al salir de la primera audiencia ante el juez Zamora dijo a la prensa que la acusación es un montaje planeado por el presidente Alejandro Giammattei y la fiscal general Consuelo Porras. “Soy un hombre libre que decide decir no de manera categórica a los excesos y abusos del poder. Este es un montaje diseñado, fabricado y ejecutado con eficacia por el presidente, la fiscal general y otras personas (…) Siempre han presionado a la prensa, pero ahora es abiertamente una persecución para intimidar y censurar”, argumentó.
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Cuando en 1996, José Rubén Zamora dirigía el periódico Siglo 21, el primer medio creado por su emprendimiento en 1990, vio de cerca el peligro que significa tocar los hilos del poder y ejercer observancia desde una prensa libre.
Sufrió un ataque fallido con ráfagas de metralleta del que salió ileso y por fortuna suya, una de las granadas fragmentarias que le lanzó el comando no explotó.
En 2003 cuando dirigía su segundo medio creado en 1996, elPeriódico, el periodista Zamora, también ingeniero industrial con maestrías en finanzas y ciencias políticas, vio colarse al interior de su vivienda a miembros del batallón de inteligencia presidencial, que le mantuvieron retenido junto a los suyos por varias horas, mientras allanaban la sede del periódico. El mensaje dejado en aquella ocasión fue que “sus artículos habían enojado a alguien importante”.
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En aquellos días gobernaba Guatemala, el presidente Alfonso Portillo (2000 – 2004), quien purgaría desde 2014 una pena de seis años en prisión en Estados Unidos por lavado de dinero. Luego que el exmandatario reconociera ante la Corte del Distrito Sur de Nueva York que durante su mandato recibía sobornos y blanqueaba capitales, y se declarara culpable para reducir su condena.
Los vecinos de Zamora y el propio director de elPeriódico llegaron casi a acostumbrarse a los helicópteros que llegaban a cualquier hora a sobrevolar la propiedad a manera de intimidarle, como recuerdan hoy sus allegados.
Sin embargo, los cambios de gobierno no significaron en ningún momento treguas y menos que el periodista bajara la guardia en sus investigaciones para fiscalizar desde el ejercicio ciudadano a los poderes en turno.
También lea Violencia, atentados y asesinatos de periodistas en América Latina: SIP visibiliza retos de la prensa en 2022En 2008, cuando Guatemala era gobernada por Álvaro Colom (2008 – 2012) un grupo de secuestradores lo raptaron mientras salía de una reunión de negocios, en la capital, lo drogaron con inyecciones y lo llevaron hacia las afueras de la capital donde lo dejaron desnudo, abandonado después de muchas horas desaparecido.
Aquel espeluznante suceso, Zamora lo ha contado al detalle en entrevistas de cómo lo interceptaron; las investigaciones del Ministerio Público determinaron entonces que sus captores lo habían estado siguiendo durante varios días hasta raptarlo en las afueras del restaurante Hacienda de los Sánchez.
“Cuando salí vi gente rara, uno de ellos se me acercó para pedirme cigarros, previendo que algo malo iba pasar le dije que sacaría del carro, pero en eso me pusieron una gasa en la cara y perdí el conocimiento, mi siguiente recuerdo ya fue que me estaban sacando inmóvil, pero consciente de mi vehículo para pasarme a otro, un grupo de personas que me entregó a otro grupo, y de ahí me pusieron unas inyecciones que paralizan los signos vitales, y de ahí fue donde me llevaron hasta donde me tiraron un lugar donde tiran a los muertos, El Tejar”, recordó en una entrevista.
Los riesgos siguieron también a medida se adentraba en el mandato de Otto Pérez Molina (2012 - 2015), el medio empezó a sufrir ataques cibernéticos, uno con un virus que en 2013 borró todo el archivo histórico de elPeriódico, a la vez que surtía fuerte presión con demandas penales en su contra que llegaron a sumar hasta 198 denuncias movidas desde estructuras de poder con diferentes causas.
Y el gobierno de Jimmy Morales (2016 - 2020) no fue la excepción, aunado a la fuerte presión para vetar al medio y dejarlo sin publicidad estatal, durante este período Zamora debió permanecer en el exilio durante siete meses, luego que el Ministerio Público y la CICIG le advirtieran de un complot contra su vida.
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¿Qué hay tras bambalinas en este caso?
Aunque el Ministerio Público de Guatemala y el actual titular de la FECI tratan de desvincular que el apresamiento de Zamora está dirigido en su calidad de empresario y no como comunicador, diferentes voces del país como las de unos 40 miembros destacados de la sociedad civil entre intelectuales, artistas y líderes de opinión dejan claro en una misiva hecha pública el fin de semana que es una “persecución” que vulnera el derecho constitucional “a la libre expresión”.
E instan en el escrito que el suceso “no es un hecho aislado, sino enmarcado en una ascendente persecución y control del periodismo independiente, como ya ha ocurrido en muchos comunicadores comunitarios y otros periodistas”.
También lea Guatemala: ¿Qué significa para EEUU y la UE la reelección de la fiscal Consuelo Porras?Y señalan que la cooptación del Congreso, del Órgano Judicial, de la Corte Constitucional y otras instancias del estado “por parte del gobierno de Alejandro Giammattei, en alianza con grupos delincuenciales y miembros tradicionales de las elites económicas acerca mucho a Guatemala a una verdadera dictadura”.
La exjueza Erika Aifán, quien huyó del país a principios de este año, comenta a la Voz de América que al ver el caso contra José Rubén Zamora queda claro que es la misma estructura dentro del Ministerio Público y del poder judicial que está operando.
Tanto en los mandos altos, ya señalados por nombre y cargo en la Lista Engel "como actores corruptos y antidemocráticos de Centroamérica", llama la atención –comentó Aifán, que la misma fiscal Cynthia Monterroso, quien fue denunciada por sus colegas por abuso de autoridad y que el exjefe de la FECI, Juan Francisco Sandoval, cuando fungía como titular remitió memorando que señalaba que “no es apta” para el cargo, hoy dirige los operativos de capturas.
Monterroso es la denunciante también contra la exjueza de Mayor Riesgo, Aifán, contra Juan Francisco Sandoval y otros operadores de justicia.
También lea Exjueza Aifán: “Se ha instrumentalizado el Ministerio Público” de GuatemalaErika Aifán considera que no es una casualidad que todos los casos contra fiscales, jueces y hoy contra José Rubén Zamora caen en manos del mismo Juez Séptimo de Primera Instancia, Fredy Orellana, quien emite las órdenes de captura inmediatas, cuando supuestamente sería un algoritmo del sistema informático que repartiría los casos en tribunales.
Reconocimientos que amparan
La captura y procesamiento de Zamora ha tenido un fuerte rechazo desde la comunidad internacional y organizaciones de medios de comunicación y derechos humanos.
A sus espaldas el director de elPeriódico lleva importantes reconocimientos internacionales por su labor periodística en Guatemala. En 1995 se agenció el premio Maria Moors Cabot otorgado por la Escuela de Periodismo de la Universidad de Columbia, en Nueva York, y en junio de 2021, recibió de manos del rey de España, Felipe VI el premio al Medio de Comunicación Destacado de Iberoamérica, entre otros reconocimientos regionales.
También lea El presidente de Guatemala acusa de “amenazas y extorsión” a la CIDHDesde 2003 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) mantiene una orden de medidas cautelares que obligan al estado guatemalteco a proteger la integridad de Zamora, las que ha recordado en estos días el Relator Especial para la Libertad de Expresión, Pedro Vaca Villarreal como amparo al periodista.
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