El Secretario General de la OEA elogió en Londres los avances de las democracias en América Latina al tiempo que advirtió sobre los peligros del narcotráfico y sus poderosas organizaciones en la región.
El secretario general de la Organización de los Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, dijo en una conferencia en el London School of Economics (LSE) que la región no se puede quedar “prisionera de sus propios fantasmas".
Las declaraciones de Insulza están relacionadas con la oportunidad que tienen los países de América Latina de apuntalar su desarrollo en la economía global.
“Aunque la democracia ha logrado grandes avances en la región partiendo de muchos elementos constructivos, los elementos de su destrucción coexisten con esta democracia fortalecida. La interacción entre los dos en el frente político determinará si, esta vez, nuestra región aprovecha las grandes oportunidades que ofrece la economía global o si se queda, como tantas veces en el pasado, en el ‘umbral’, prisionera de sus propios fantasmas”, afirmó el funcionario.
Entre otras cosas, Insulza también advirtió que las mafias del narcotráfico son una gran amenaza para todos los países del área.
“El incremento del tráfico de drogas, con sus derivaciones en el lavado de dinero, y otras actividades criminales altamente lucrativas como el tráfico de armas y de personas han dado lugar a verdaderas corporaciones criminales que están en conflicto entre sí por control de áreas de nuestros territorios y forman ejércitos criminales que combaten el monopolio de nuestra policía y fuerzas armadas con armas de importación”, declaró la máxima autoridad de la OEA.
Insulza es optimista frente a la democratización en los países de la región.
“No hay duda de que nuestras sociedades han hecho importantes progresos en el camino hacia la democratización. Muchas de sus limitaciones pueden ser atribuidas al aún reducido tiempo en el que estos acontecimientos se han desarrollado. En otras regiones del mundo los gobiernos democráticos requirieron mucho tiempo para desarrollarse, y no hay razón para esperar un éxito rotundo en América en unas pocas décadas”, advirtió el chileno.
Insulza citó algunas cifras reveladoras de la consolidación de la democracia. Dijo que entre 1990 y 2005 dieciocho gobiernos elegidos democráticamente concluyeron sus mandatos antes, por medio de golpes de Estado, renuncias en medio de severos levantamientos o destituciones, mientras que desde junio de 2005 hasta la fecha, sólo hubo dos casos similares: el golpe de Estado de Honduras en 2009 y la salida del poder del presidente Fernando Lugo, en Paraguay.
Las declaraciones de Insulza están relacionadas con la oportunidad que tienen los países de América Latina de apuntalar su desarrollo en la economía global.
“Aunque la democracia ha logrado grandes avances en la región partiendo de muchos elementos constructivos, los elementos de su destrucción coexisten con esta democracia fortalecida. La interacción entre los dos en el frente político determinará si, esta vez, nuestra región aprovecha las grandes oportunidades que ofrece la economía global o si se queda, como tantas veces en el pasado, en el ‘umbral’, prisionera de sus propios fantasmas”, afirmó el funcionario.
Entre otras cosas, Insulza también advirtió que las mafias del narcotráfico son una gran amenaza para todos los países del área.
“El incremento del tráfico de drogas, con sus derivaciones en el lavado de dinero, y otras actividades criminales altamente lucrativas como el tráfico de armas y de personas han dado lugar a verdaderas corporaciones criminales que están en conflicto entre sí por control de áreas de nuestros territorios y forman ejércitos criminales que combaten el monopolio de nuestra policía y fuerzas armadas con armas de importación”, declaró la máxima autoridad de la OEA.
Insulza es optimista frente a la democratización en los países de la región.
“No hay duda de que nuestras sociedades han hecho importantes progresos en el camino hacia la democratización. Muchas de sus limitaciones pueden ser atribuidas al aún reducido tiempo en el que estos acontecimientos se han desarrollado. En otras regiones del mundo los gobiernos democráticos requirieron mucho tiempo para desarrollarse, y no hay razón para esperar un éxito rotundo en América en unas pocas décadas”, advirtió el chileno.
Insulza citó algunas cifras reveladoras de la consolidación de la democracia. Dijo que entre 1990 y 2005 dieciocho gobiernos elegidos democráticamente concluyeron sus mandatos antes, por medio de golpes de Estado, renuncias en medio de severos levantamientos o destituciones, mientras que desde junio de 2005 hasta la fecha, sólo hubo dos casos similares: el golpe de Estado de Honduras en 2009 y la salida del poder del presidente Fernando Lugo, en Paraguay.