La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) instó el miércoles al gobierno de Venezuela a cesar la represión y liberar a los detenidos de manera arbitraria, en la presentación ante la Organización de Estados Americanos (OEA) de un informe sobre las violaciones más preocupantes a los derechos fundamentales documentadas en el mes transcurrido desde las elecciones presidenciales en el país.
Durante una reunión del Consejo Permanente de la OEA solicitada por doce países, la presidenta de la CIDH, Roberta Clarke, reiteró que desde el pasado 28 de julio han registrado el uso injustificado de la fuerza, detenciones arbitrarias, desapariciones forzosas, persecución judicial, el hostigamiento contra personas percibidas como opositores, así como censura y restricciones a las libertades de expresión y asociación.
Clarke dijo que entre el 28 y el 30 de julio se denunciaron actos de violencia contra las manifestaciones que causaron la muerte de al menos 23 personas, y que la información preliminar da cuenta de que "10 de las muertes son atribuibles a fuerzas del Estado, ocho a fuerzas militares, dos a la policía y seis" a los colectivos que, afirmó, actúan con el consentimiento gubernamental.
La reacción de EEUU
El embajador de Estados Unidos ante la OEA, Francisco Mora, dijo a la Voz de América que más allá del "fraude" electoral, la jornada del organismo analizó el tema de "las violaciones de los DDHH.
Mora catalogó de "muy detallado" el informe de la CIDH. "Es espeluznante el tipo de abusos que estamos viendo", dijo Mora en alusión al centenar de niños y adolescentes detenidos por participar en las protestas posteriores a las elecciones.
"Tenemos la responsabilidad de apoyar al pueblo venezolano (...) insistiendo en que la voluntad del pueblo venezolano que se expresó el 28 de julio", afirmó Mora.
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De acuerdo con el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, ninguna de las 27 muertes reportadas en el contexto de las protestas contra los disputados resultados electorales que dieron como ganador al presidente Nicolás Maduro y que la oposición considera fraudulentos, son atribuibles a los cuerpos de seguridad. Señaló como responsables a los "comanditos", una red ciudadana de protección de los votos de la oposición.
También lea María Corina Machado reaparece en acto público, pide a los venezolanos que vuelvan a las calles y hace otro llamado a los militaresClarke se refirió a la denominada Operación “Tun-Tun”, un término acuñado por altos miembros del gobierno que, de acuerdo con familiares de quienes lo han vivido, se traduce en la “visita” de miembros de las fuerzas de seguridad a viviendas de aquellos percibidos como opositores, defensores de DDHH y testigos electorales, para arrestarlos con o sin órdenes judiciales.
Además, expuso que la relatoría especial para la Libertad de Expresión de la CIDH ha recibido informes sobre una escalada de la represión y ataques sistemáticos en Venezuela contra periodistas, detenciones arbitrarias, así como acusaciones por incitación al odio y terrorismo.
También resaltó que han registrado la cancelación de pasaportes a por lo menos 36 defensores, comunicadores y sus familiares, así como cierre de medios, confiscación de equipos y bloqueos digitales.
Una sentencia de la Sala Electoral del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), calificada como nula por la oposición, y que fue rechazada por varios países, convalidó los cuestionados resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) que proclamó a Maduro como ganador.
Un mes después del proceso, el CNE no ha divulgado los resultados desglosados, mientras que la oposición publicó copias de las actas que conservaron sus testigos que demostrarían que el triunfo corresponde al candidato Edmundo González Urrutia con más del 67 % de los votos.
También lea Venezuela vive “asfixia” por persecución y represión del gobierno a un mes de las eleccionesLos embajadores ante la OEA de países como Canadá, Paraguay, Perú, Costa Rica, Panamá, República Dominicana, Guatemala, Chile, Estados Unidos, Argentina y Uruguay entre otros, alertaron que las denuncias evidencian el deterioro de la institucionalidad democrática en Venezuela y que no pueden ser ignoradas por la comunidad internacional.
El embajador de Uruguay ante la OEA, Washington Abdala, denunció que en Venezuela se aplica el Zippenhaft, método usado en la Alemania nazi para perseguir a los familiares de los judíos, en referencia al caso de la periodista Ana Guaita, quien según dijo fue detenida para canjearla por su madre, Xiomara Barreto, una dirigente política opositora en el estado La Guaira.
Abdala pidió "respeto" y "solidaridad" con los venezolanos. "Alguien puede animarse a ubicarse del lado de la barbarie en Venezuela? No cabe ya ningún tipo de razonamiento ni de izquierda, ni de derecha, ni de centro, esto trascendió completamente lo ideológico", expresó el embajador uruguayo al calificar a Maduro como dictador y pedir firmeza en las posiciones.
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Tal y como han expuesto decenas de países, el embajador de Uruguay ante la OEA, aseguró que “no hay otro camino que la publicación cuanto antes de las actas electorales y que se proceda a la verificación imparcial e independiente de los resultados de las elecciones”.
Hace poco más de dos semanas la OEA aprobó, por consenso, una resolución que urgía al organismo electoral venezolano publicar las actas desglosadas por mesa de votación y respete el principio fundamental de la soberanía popular a través de la verificación imparcial de los resultados que garantice la transparencia, credibilidad y legitimidad de las elecciones.
Venezuela salió de la OEA en abril de 2019, luego de que el gobierno de Maduro denunció, en 2017, la Carta de la OEA, documento fundacional del organismo.
[Con reporte de Iacopo Luzzi, corresponsal de la VOA en Washington]
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