Los cancilleres del hemisferio se reúnen en la ciudad de Antigua, en Guatemala, y en la agenda figura el tema de la lucha antinarcóticos, pero no el de la legalización de la marihuana.
La cuadragésima tercera Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) se inaugura este martes y sesionará hasta el jueves 6 de junio en la ciudad de Antigua, en Guatemala, y el país anfitrión eligió como tema central de los debates el de la lucha contra las drogas en el continente.
El ministro de Relaciones Exteriores guatemalteco, Fernando Carrera, dijo que los cancilleres no prevén discutir en el cónclave el tan polémico asunto de la legalización de la marihuana propuesta por algunos políticos del área como una vía para desalentar la violencia y el crimen generados por el tráfico de drogas.
Sin embargo indicó que sí se analizarán medidas concernientes a los problemas de seguridad que ocasiona el narcotráfico, incluidos el tráfico de armas, el lavado de dinero y la situación en las cárceles.
Carrera señaló que hay consenso en 18 de 20 puntos que incluirá la declaración final de la reunión, en la que quedaría formulado que el problema de las drogas debe enfocarse como un asunto de derechos humanos y también de salud.
El tema ha prevalecido en la agenda hemisférica desde que en la VI Cumbre de las Américas, en abril del año pasado en Cartagena (Colombia), los jefes de Estado del hemisferio encomendaron a la OEA preparar un informe sobre la situación de los narcóticos en la región.
Los promotores del debate en esa cumbre fueron los presidentes Juan Manuel Santos, de Colombia, y el mandatario guatemalteco, Otto Pérez Molina, quien entonces defendió la despenalización de las drogas.
José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, entregó el mes pasado en Colombia el informe titulado el Problema de las Drogas en las Américas, que recoge tanto aspectos del cultivo, consumo y tráfico de estupefacientes como el impacto social, económico y la violencia que causan en el hemisferio.
Entre las ideas principales formuladas en el documento se pone énfasis en la reducción de la violencia y la inseguridad, y del lado del consumo se considera al adicto como una víctima y no como un delincuente o cómplice del narcotráfico.
El ministro de Relaciones Exteriores guatemalteco, Fernando Carrera, dijo que los cancilleres no prevén discutir en el cónclave el tan polémico asunto de la legalización de la marihuana propuesta por algunos políticos del área como una vía para desalentar la violencia y el crimen generados por el tráfico de drogas.
Sin embargo indicó que sí se analizarán medidas concernientes a los problemas de seguridad que ocasiona el narcotráfico, incluidos el tráfico de armas, el lavado de dinero y la situación en las cárceles.
Carrera señaló que hay consenso en 18 de 20 puntos que incluirá la declaración final de la reunión, en la que quedaría formulado que el problema de las drogas debe enfocarse como un asunto de derechos humanos y también de salud.
El tema ha prevalecido en la agenda hemisférica desde que en la VI Cumbre de las Américas, en abril del año pasado en Cartagena (Colombia), los jefes de Estado del hemisferio encomendaron a la OEA preparar un informe sobre la situación de los narcóticos en la región.
Los promotores del debate en esa cumbre fueron los presidentes Juan Manuel Santos, de Colombia, y el mandatario guatemalteco, Otto Pérez Molina, quien entonces defendió la despenalización de las drogas.
José Miguel Insulza, secretario general de la OEA, entregó el mes pasado en Colombia el informe titulado el Problema de las Drogas en las Américas, que recoge tanto aspectos del cultivo, consumo y tráfico de estupefacientes como el impacto social, económico y la violencia que causan en el hemisferio.
Entre las ideas principales formuladas en el documento se pone énfasis en la reducción de la violencia y la inseguridad, y del lado del consumo se considera al adicto como una víctima y no como un delincuente o cómplice del narcotráfico.