Cerca de 42 millones de personas permanecen bajo alerta por calor extremo que persiste en el occidente y centro de Estdos Unidos, según el Servicio Nacional de Meteorología. Residentes en Portland, Oregon, donde el termómetro marca casi 38 grados Celsius, buscan aire acondicionado para sus viviendas, algo que nunca pensaron necesitar, mientras que en una localidad de Henderson en Nevada, donde las temperaturas han alcanzado los 48 grados Celsius, los bomberos salvan vidas con cápsulas polares.
“Pacientes que presentan un golpe de calor por esfuerzo, van a tener temperaturas corporales internas de 40 grados Celsius. Van a tener déficits en el sistema nervioso central y en ese momento estarán en un estado de shock extremo. Entonces, cuando nos llaman para atender a esos pacientes, queremos bajar su temperatura corporal de manera controlada. Con las cápsulas polares lo podemos hacer, son el método preferido para el enfriamiento activo”, aseguró Thomas Vince, Bombero de Henderson, Nevada.
Los coletazos del huracán Beryl tienen a cerca de un millón de personas sin electricidad en Texas, que además batallan con el calor extremo y en Vermont, una persona perdió la vida a causa de las inundaciones. En Nueva York, trabajadores al aire libre literalmente ‘sudan la gota gorda’ y se protegen como pueden del sol.
“Más que nada por las mangas y guantes porque luego pasamos 6-7 horas trabajando en sol no más nos queda para cuidarnos”, dijo Luis Cruz, Trabajador al aire libre.
Junio rompió récords de calor y julio se perfila como uno de los meses más calientes registrados.
“Hemos tenido estos 12 meses de récord de calor, lo cual se debe a que también hemos tenido niveles récord de emisiones de gases de efecto invernadero debido a la quema de combustibles fósiles. Lo que significa lluvias mucho más intensas con inundaciones devastadoras como consecuencia, que violan el derecho a la vida, el derecho a la vivienda, el derecho a una cultura libre y a una vida social para muchas, muchas personas”, advirtió Friederike Otto, Climatóloga.
Ángela González, Voz de América, Nueva York.