Estados Unidos anunció el miércoles un esfuerzo integral para identificar y confiscar los activos de los millonarios rusos que han apoyado al régimen del presidente Vladimir Putin, como parte de su respuesta por la invasión de Rusia a Ucrania.
La nueva iniciativa, encabezada por el Departamento de Justicia, lleva el nombre de Operación KleptoCapture y fue insinuada por el presidente Joe Biden en su discurso del Estado de la Nación el martes.
“Esta noche les digo a los oligarcas rusos y a los corruptos que han ordeñado miles de millones de dólares a ese régimen violento: No más”, dijo Biden.
El presidente explicó que el Departamento de Justicia “está armando un grupo especial para perseguir los crímenes de los oligarcas rusos” y junto “a los aliados europeos encontrar y confiscar sus yates, apartamentos de lujo, jets privados”.
“Vamos tras sus ganancias mal habidas”, agregó.
El miércoles, el fiscal general Merrick B. Garland anunció la formación del grupo especial y señaló que su función será hacer cumplir las sanciones económicas que se han impuesto a Rusia desde su invasión a Ucrania.
“El Departamento de Justicia usará todas sus autoridades para confiscar los activos de los individuos y las entidades que violen esas sanciones”, dijo Garland. “No dejaremos una piedra sin levantar en nuestros esfuerzos para investigar, arrestar y juzgar a quienes con sus actos criminales permiten al gobierno ruso continuar con esta guerra injusta”.
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Los expertos dicen que el rastreo y confiscación de los activos se llevará a cabo con una combinación de inteligencia, análisis de datos y cooperación con socios internacionales, que es lo común en investigaciones criminales.
“Hemos visto confiscar activos en el pasado. Hemos visto confiscar yates y apartamentos”, dijo Daniel P. Ahn, miembro del Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson y exjefe de economistas del Departamento de Estado. “La diferencia ahora es la escala, no los instrumentos”.
Según Ahn, lo difícil será identificar los verdaderos propietarios de algunos de los activos. Las propiedades de muchos multimillonarios están a menudo controladas por una compleja red de empresas fantasmas y otras entidades que ocultan a quienes las autoridades denominan como el “propietario beneficiado”.
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Desde que los países occidentales y otros aliados comenzaron a imponer sanciones a los bancos rusos y otros acaudalados partidarios de Putin, los grandes yates de los oligarcas rusos, o los que supuestamente son de ellos, se han visto saliendo de los puertos de las naciones involucradas.
Algunos zarparon hacia la República de las Maldivas, una cadena de islas en el océano Índico donde no existe un tratado de extradición con Estados Unidos.
El miércoles, el oligarca Roman Abrámovich, propietario del exitoso club de fútbol Chelsea de Londres, anunció que lo había puesto a la venta. El martes, un miembro del Parlamento Británico dijo a la Cámara de los Comunes que Abrámovich estaba tratando también de vender diversas propiedades de lujo en Londres.
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Los expertos creen que los oligarcas podrían tratar de deshacerse de los activos más fácilmente vinculados con ellos, con la esperanza de que su confiscación satisfaga a los gobiernos occidentales.
Jim Richards, fundador de la consultora RegTech, dijo que Abrámovich y otros oligarcas han tenido cuidado de ocultar grandes cantidades de su riqueza en complejas compañías de cobertura que dificultan o imposibilitan que las autoridades las detecten.
“Lo último que desean estos individuos es que sus amantes, sus hijos y ellos mismos tengan que terminar en un apartamento en Moscú”, explicó Richards a Voz de América.
[Con información de Rob Garver, VOA]
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