En el aeropuerto de Heathrow esperan 50.000 mil pasajeros diarios más de lo normal.
Miles de atletas han comenzado a arribar esta semana en anticipación a los Juegos Olímpicos al aeropuerto de Londres, donde los problemas de seguridad siguen siendo una preocupación.
Los integrantes del equipo de navegación a vela de EE.UU. estuvieron entre los primeros en llegar al aeropuerto de Heathrow días antes de la inauguración de los juegos, que arrancan el 27 de julio.
Dean Brenner, capitán del equipo, habló a la prensa en la terminal aérea y dijo que todos se sentían “muy bien” y que era formidable estar en Londres. “Hemos estado entrenando hace rato y ahora es el momento de la gran prueba”, indicó.
Alrededor de 350 atletas tenían previsto llegar al país sólo el lunes, y la terminal prevé dar servicio a casi 240.000 pasajeros, 50.000 mil más de los normales en un día promedio, una señal de lo que le espera en las próximas semanas.
Desde el aeropuerto, en la parte suroeste de la ciudad, los atletas son trasladados a la Villa Olímpica en Straffoord, al nororeste de Londres. Para ayudar a acelerar el tráfico por el notoriamente lento aeropuerto de Heathrow se ha abierto una línea de atención especial para los deportistas.
La llegada de los jugadores tiene efecto mientras en las noticias el tema dominante es la debacle en torno a la seguridad olímpica.
La semana pasada se supo que una firma privada contratada para ocuparse del asunto había fallado en el reclutamiento y el adiestramiento de guardias, y como resultado se dispuso que 3.500 militares ocuparan su lugar.
En consecuencia, las acciones de la compañía G4S se desplomaron estrepitosamente, y políticos británicos se han visto obligados a responder por qué no fueron adoptadas con tiempo las precauciones adecuadas.
El asesor de seguridad David Rubens dijo que hay dos grandes desafíos en lo que respecta a la seguridad de la Olimpiada. “Uno, es simplemente proporcionar la gente adecuada, en el lugar y en el tiempo también adecuados, entrenada y lista para proteger a millones de personas que están llegando a Londres”, señaló.
El segundo, dijo, es coordinar que miles de personas sean responsables de asegurar que los juegos transcurran sin contratiempos.
Según dice Rubens hay 20.000 voluntarios, 16.000 militares y 10.000 guardias privados encargados de la tarea, y todos, dijo, tienen que “ser integrados a un comando unificado, lo que ciertamente va a ser un reto”.
Por su parte, el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, declaró que la seguridad de la Olimpiada de Londres no ha sido puesta en peligro por falta de guardias.
Los integrantes del equipo de navegación a vela de EE.UU. estuvieron entre los primeros en llegar al aeropuerto de Heathrow días antes de la inauguración de los juegos, que arrancan el 27 de julio.
Dean Brenner, capitán del equipo, habló a la prensa en la terminal aérea y dijo que todos se sentían “muy bien” y que era formidable estar en Londres. “Hemos estado entrenando hace rato y ahora es el momento de la gran prueba”, indicó.
Alrededor de 350 atletas tenían previsto llegar al país sólo el lunes, y la terminal prevé dar servicio a casi 240.000 pasajeros, 50.000 mil más de los normales en un día promedio, una señal de lo que le espera en las próximas semanas.
Desde el aeropuerto, en la parte suroeste de la ciudad, los atletas son trasladados a la Villa Olímpica en Straffoord, al nororeste de Londres. Para ayudar a acelerar el tráfico por el notoriamente lento aeropuerto de Heathrow se ha abierto una línea de atención especial para los deportistas.
La llegada de los jugadores tiene efecto mientras en las noticias el tema dominante es la debacle en torno a la seguridad olímpica.
La semana pasada se supo que una firma privada contratada para ocuparse del asunto había fallado en el reclutamiento y el adiestramiento de guardias, y como resultado se dispuso que 3.500 militares ocuparan su lugar.
En consecuencia, las acciones de la compañía G4S se desplomaron estrepitosamente, y políticos británicos se han visto obligados a responder por qué no fueron adoptadas con tiempo las precauciones adecuadas.
El asesor de seguridad David Rubens dijo que hay dos grandes desafíos en lo que respecta a la seguridad de la Olimpiada. “Uno, es simplemente proporcionar la gente adecuada, en el lugar y en el tiempo también adecuados, entrenada y lista para proteger a millones de personas que están llegando a Londres”, señaló.
El segundo, dijo, es coordinar que miles de personas sean responsables de asegurar que los juegos transcurran sin contratiempos.
Según dice Rubens hay 20.000 voluntarios, 16.000 militares y 10.000 guardias privados encargados de la tarea, y todos, dijo, tienen que “ser integrados a un comando unificado, lo que ciertamente va a ser un reto”.
Por su parte, el presidente del Comité Olímpico Internacional, Jacques Rogge, declaró que la seguridad de la Olimpiada de Londres no ha sido puesta en peligro por falta de guardias.