El jefe de la misión de Naciones Unidas encargada de supervisar el cese de los enfrentamientos en el país dice que la creciente violencia ha motivado la decisión.
El jefe de los observadores de Naciones Unidas en Siria, el mayor general Robert Mood, anunció este sábado que las operaciones de la misión quedaban suspendidas “hasta nuevo aviso” a causa de la creciente violencia en el país.
Según el general, la violencia se incrementó en los últimos 10 días y “los observadores no llevarán a cabo ninguna misión de patrulla (...) y la suspensión será revisada diariamente”.
Mood dijo que "la escalada (de la violencia) está limitando nuestra capacidad de observar, verificar, reportar y también de ayudar al diálogo. Básicamente impide que llevemos a cabo nuestro mandato”.
Naciones Unidas envió a Siria casi 300 observadores desarmados para supervisar la implementación del cese el fuego entre el ejército sirio y fuerzas de la oposición.
Pero el fin de las hostilidades nunca llegó a tener efecto e incluso días atrás un grupo de observadores fue atacado cuando visitaba la ciudad de al Haffeh, en Latakiya.
El gobierno de EE.UU. ha declarado que la situación el Siria llegó a una “coyuntura crítica” y ha demandado al presidente Bashar al Assad que cumpla su compromiso contraido con el plan de paz de la ONU elaborado por el enviado especial Kofi Annan.
Coincidiendo con la decisión anunciada por el jefe de los observadores de ONU, fuentes de la oposición siria denunciaron un nuevo baño de sangre en Saqba, un suburbio de Damasco.
Según los llamados Comités de Coordinación Local, al menos 13 civiles murieron este sábado en esa zona de la capital del país, incluyendo un menor de seis años de edad.
El grupo también reportó ataques de fuerzas gubernamentales en otros sitios del país, con un saldo de al menos 65 personas muertas.
Según el general, la violencia se incrementó en los últimos 10 días y “los observadores no llevarán a cabo ninguna misión de patrulla (...) y la suspensión será revisada diariamente”.
Mood dijo que "la escalada (de la violencia) está limitando nuestra capacidad de observar, verificar, reportar y también de ayudar al diálogo. Básicamente impide que llevemos a cabo nuestro mandato”.
Naciones Unidas envió a Siria casi 300 observadores desarmados para supervisar la implementación del cese el fuego entre el ejército sirio y fuerzas de la oposición.
Pero el fin de las hostilidades nunca llegó a tener efecto e incluso días atrás un grupo de observadores fue atacado cuando visitaba la ciudad de al Haffeh, en Latakiya.
El gobierno de EE.UU. ha declarado que la situación el Siria llegó a una “coyuntura crítica” y ha demandado al presidente Bashar al Assad que cumpla su compromiso contraido con el plan de paz de la ONU elaborado por el enviado especial Kofi Annan.
Coincidiendo con la decisión anunciada por el jefe de los observadores de ONU, fuentes de la oposición siria denunciaron un nuevo baño de sangre en Saqba, un suburbio de Damasco.
Según los llamados Comités de Coordinación Local, al menos 13 civiles murieron este sábado en esa zona de la capital del país, incluyendo un menor de seis años de edad.
El grupo también reportó ataques de fuerzas gubernamentales en otros sitios del país, con un saldo de al menos 65 personas muertas.