Millones de personas usando los colores del arcoiris característicos del orgullo gay asistieron a desfiles en Estados Unidos el domingo, dos semanas después de que la masacre en una discoteca de Florida generó miedo pero también solidaridad entre la población.
La marcha en Nueva York, que se realiza anualmente desde 1970, comenzó al mediodía cerca del edificio Empire State y terminó en Stonewall Inn, en el barrio Greenwich Village, el lugar de nacimiento del movimiento por los derechos de los homosexuales y el nuevo monumento nacional.
La presunta nominada presidencial demócrata Hillary Clinton se unió a la marcha por unas cuadras en una aparición inesperada. La ex secretaria de Estado caminó junto al gobernador del estado de Nueva York Andrew Cuomo y el alcalde de la ciudad de Nueva York Bill de Blasio.
La policía aumentó la seguridad luego de que un hombre que declaró lealtad a Estado islámico mató a 49 personas en la discoteca Pulse, en Orlando, el 12 de junio en el tiroteo masivo más letal en la historia moderna del país.
"Este desfile es Nueva York diciendo desafiante 'le haremos frente al odio'", dijo de Blasio al final de la marcha. "Le haremos frente a aquellos que intentarán socavar nuestros valores", agregó.
En una jornada cálida y soleada de costa a costa del país, los desfiles en Nueva York, Chicago, San Francisco y otras ciudades se llevaron a cabo sin problemas. Pero el ambiente era decididamente contenido para un evento que en los últimos años se ha transformado en Nueva York desde una marcha de protesta contra el acoso policial a una fiesta callejera.