El gobierno del presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, ordenó este jueves retirar de sus funciones a su embajador en España, Carlos Midence.
Por medio de una carta emitida por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Nicaragua a la Cancillería de España, el gobierno de Ortega argumentó su decisión en base a supuestas “presiones y amenazas injerencistas” en contra del diplomático.
“Esta decisión responde a las continuas presiones y amenazas injerencistas sobre nuestro embajador, que hacen imposible el ejercicio de la labor diplomática” , señaló la cancillería nicaragüense.
España ha sido uno de los países más críticos con el gobierno de Ortega, sobre todo por los comicios presidenciales celebrados en noviembre de 2021, a los que se refirió como “una burla” a la democracia.
El 8 de noviembre, un día después de las votaciones en Managua, el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, aseguró que los comicios no habían sido ni justos ni libres y observó que los opositores que deseaban competir en el proceso fueron encarcelados.
Ofensiva diplomática
El gobierno de Ortega ha iniciado una ofensiva diplomática en contra de quienes han criticado la administración actual.
Recientemente se expulsó de facto al representante del Vaticano en Nicaragua, Waldemar Stalisnaw, quien dejó el país de forma sorpresiva el pasado 6 de marzo, y aunque no hubo un comunicado oficial sobre su retiro, el presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, Carlos Herrera, dijo al Canal 10 que la salida del diplomático se dio porque su gestión tenía “ciertas limitaciones”.
“¿Si no hay comunicación, de qué sirve estar en esa función de diplomático?”, cuestionó Herrera.
También lea Iglesia católica nicaragüense choca de nuevo con Gobierno sobre guerra en UcraniaLa salida del diplomático del Vaticano ocurre luego de la expulsión el 24 de febrero del embajador de Colombia, Alfredo Rangel Suárez, quien también fue acusado de supuestas acusaciones injerencistas sobre Nicaragua.
Analistas han comentado a la Voz de América que las relaciones diplomáticas de Ortega con el resto de la comunidad internacional se encuentran en los peores momentos, tras las protestas que se dieron en 2018 y que dejaron más de 300 muertos, según reportó la CIDH, pero se agravaron tras las elecciones de noviembre de 2021.
De hecho al menos 25 países que conforman la Organización de Estados Americanos (OEA) descalificaron los comicios nicaragüenses en una resolución en donde se señaló que las elecciones “no fueron libres, justas ni transparentes”.
Por su parte Ortega y su esposa, Rosario Murillo, han reaccionado airados ante las declaraciones individuales de diversos países y han dicho que “Nicaragua no es colonia de nadie”.
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