Pablo Escobar llegó a ser uno de los hombres más ricos del mundo por el dinero de la droga; también fue político y filántropo, y murió en 1993, al ser acorralado por la policía.
Diecinueve años después de su muerte, el capo de la mafia colombiana, Pablo Escobar, ha llegado a la pantalla de millones de hogares en EE.UU.
La cadena Telemundo comenzó a pasar la serie llamada Pablo Escobar: el patrón del mal, desde el pasado mes de julio.
La serie es una de las mayores producciones colombianas y se estrenó inicialmente en mayo, en Colombia, por la cadena Caracol TV.
En EE.UU., con 2,2 millones de espectadores en su estreno el día 9 de julio, es el segundo mayor éxito de Telemundo, y el mayor éxito de lanzamiento en redes sociales, con casi 6 millones de menciones en Twitter y un millón en Facebook.
La novela recrea la vida del narcotraficante, empresario y político, que marcó a sangre, fuego y drogas la historia de Colombia. Escobar fue el fundador del cártel de Medellín, entró en la lista Forbes de los más ricos del mundo, y está vinculado a la muerte de más de 5.000 personas.
Como ya ha pasado con otras serie sobre el narco como La reina del Sur –basado en el libro del escritor y periodista español Arturo Pérez-Reverte emitida por Telemundo el año pasado—, esta serie ha despertado fuertes criticas por parte de algunos sectores que creen que la novela perjudica la imagen de Colombia y mitifica, y descriminaliza el narcotráfico a través de una imagen glamorosa y sofisticada.
“Espero que después de esta serie no se emitan más programas con el mismo tema y busquemos otra manera de mostrarnos, que regresen las series como Betty la Fea o Café con Aroma de Mujer”, comenta una espectadora anónima en la web de Telemundo.
Desde Telemundo, aseguran que se toman muy en serio los efectos que sus contenidos puedan tener en la audiencia y que pese a mostrar escenas de la vida “inusual” del personaje, no se le glamoriza.
“La serie deja en claro que Escobar fue un sociópata relacionado con miles de muertes”, dijo a la Voz de América el Subdirector de Comunicaciones de la cadena, Alfredo Richard.
Richard cree que este tipo de temas “hay que tocarlos” y que la serie “es una buena forma de promover debates internos en las casas, y generar consciencia sobre un asunto que sigue afectando a la comunidad hispana en EE.UU”, dijo Richard, que enfatiza cómo los propios productores son víctimas de Escobar.
“Creo que hemos logrado hacer un Escobar de verdad y mostramos al delincuente en toda su dimensión”, dijo a Associated Press la productora de la serie Juana Uribe. Tanto Uribe como el guionista, Juan Camilo Ferrand, sufrieron en sus propias familias los estragos de la mafia de Medellín, y han basado la serie en el libro La parábola de Pablo, del ex alcalde de Medellín Alonso Salazar.
Tras convertirse en un magnate del narcotráfico, Escobar intentó limpiar su imagen introduciéndose en el mundo de la política y la filantropía. Pero finalmente las autoridades colombianas se decidieron a perseguirle.
En 1993, murió cuando fuerzas policiales colombianas con la ayuda de EE.UU., le tenían acorralado.
La cadena Telemundo comenzó a pasar la serie llamada Pablo Escobar: el patrón del mal, desde el pasado mes de julio.
La serie es una de las mayores producciones colombianas y se estrenó inicialmente en mayo, en Colombia, por la cadena Caracol TV.
En EE.UU., con 2,2 millones de espectadores en su estreno el día 9 de julio, es el segundo mayor éxito de Telemundo, y el mayor éxito de lanzamiento en redes sociales, con casi 6 millones de menciones en Twitter y un millón en Facebook.
La novela recrea la vida del narcotraficante, empresario y político, que marcó a sangre, fuego y drogas la historia de Colombia. Escobar fue el fundador del cártel de Medellín, entró en la lista Forbes de los más ricos del mundo, y está vinculado a la muerte de más de 5.000 personas.
Como ya ha pasado con otras serie sobre el narco como La reina del Sur –basado en el libro del escritor y periodista español Arturo Pérez-Reverte emitida por Telemundo el año pasado—, esta serie ha despertado fuertes criticas por parte de algunos sectores que creen que la novela perjudica la imagen de Colombia y mitifica, y descriminaliza el narcotráfico a través de una imagen glamorosa y sofisticada.
“Espero que después de esta serie no se emitan más programas con el mismo tema y busquemos otra manera de mostrarnos, que regresen las series como Betty la Fea o Café con Aroma de Mujer”, comenta una espectadora anónima en la web de Telemundo.
Desde Telemundo, aseguran que se toman muy en serio los efectos que sus contenidos puedan tener en la audiencia y que pese a mostrar escenas de la vida “inusual” del personaje, no se le glamoriza.
“La serie deja en claro que Escobar fue un sociópata relacionado con miles de muertes”, dijo a la Voz de América el Subdirector de Comunicaciones de la cadena, Alfredo Richard.
Richard cree que este tipo de temas “hay que tocarlos” y que la serie “es una buena forma de promover debates internos en las casas, y generar consciencia sobre un asunto que sigue afectando a la comunidad hispana en EE.UU”, dijo Richard, que enfatiza cómo los propios productores son víctimas de Escobar.
“Creo que hemos logrado hacer un Escobar de verdad y mostramos al delincuente en toda su dimensión”, dijo a Associated Press la productora de la serie Juana Uribe. Tanto Uribe como el guionista, Juan Camilo Ferrand, sufrieron en sus propias familias los estragos de la mafia de Medellín, y han basado la serie en el libro La parábola de Pablo, del ex alcalde de Medellín Alonso Salazar.
Tras convertirse en un magnate del narcotráfico, Escobar intentó limpiar su imagen introduciéndose en el mundo de la política y la filantropía. Pero finalmente las autoridades colombianas se decidieron a perseguirle.
En 1993, murió cuando fuerzas policiales colombianas con la ayuda de EE.UU., le tenían acorralado.