Los soldados paramilitares habían sido secuestrados el pasado 22 de diciembre en la frontera de ese país con Afganistán cuando un grupo de talibanes asaltaron un puesto de control.
Un vocero de los Talibanes comunicó que los secuestrados, de origen paquistaní, habían sido asesinados a tiros, mientras que las autoridades locales confirmaron que además de las heridas de bala los cuerpos tenían señales de tortura y habían sido abandonados en la zona fronteriza de Waziristan del Norte, cerca de las Áreas Tribales.
Por su parte, los talibanes aducen que este ataque fue cometido en venganza por operaciones militares que Pakistán está realizando contra sus militantes en región tribal de Khyber desde hace cerca de cuatro años. Además, anunciaron nuevas venganzas.