La demora de la Corte Suprema de Panamá, que lleva tres días en sesión extraordinaria para decidir el futuro del candidato presidencial favorito en las encuestas, aumenta la incertidumbre en el país sobre las elecciones generales del domingo a sólo tres días de ir a las urnas.
El máximo tribunal se reunió el martes y se mantiene en sesión extraordinaria desde entonces para analizar a contrarreloj una demanda de inconstitucionalidad contra la candidatura de José Raúl Mulino, quien sustituyó en la postulación al expresidente Ricardo Martinelli, luego de que éste fue inhabilitado al confirmarse una condena en su contra de más de 10 años de prisión por blanqueo de capitales.
La Corte Suprema aún no había emitido un fallo este jueves sobre si resolverá la demanda y declarará inconstitucional la candidatura de Mulino o si despejará su camino para presentarse a las elecciones del 5 de mayo o, incluso, si cabe postergar más su decisión, en uno de los comicios más inciertos de una de las democracias más estables en Centroamérica.
No está claro qué ocurriría si la postulación de Mulino, que lidera las encuestas de intención de voto con una ventaja de más de 10 puntos porcentuales sobre sus tres más próximos rivales, es declarada inconstitucional.
Le siguen en intención de voto el expresidente Martín Torrijos, quien gobernó de 2004-2009 -el período anterior a Martinelli-, el abogado Ricardo Lombana, del Movimiento Otro Camino, y el excanciller en el gobierno de Martinelli, Rómulo Roux, del partido Cambio Democrático. Estos dos últimos fueron tercero y segundo en las pasadas elecciones del 2019.
También lea Panamá a la expectativa de que la Corte decida el futuro de candidato presidencialEl Supremo panameño no tiene un tiempo determinado para fallar sobre la candidatura de Mulino, pero ante la proximidad de la votación y la expectativa levantada, muchos esperan que lo haga rápidamente.
“Es lamentable que el Tribunal Electoral y la Corte Suprema de Justicia hayan prolongado innecesariamente una decisión que debieron haber tomado hace meses y que hoy, a tres días de la elección, tengan al país en zozobra”, dijo el jueves Torrijos.
Italo Antinori, experto en Derecho Constitucional por la Universidad Complutense de Madrid que acompañó la víspera a Mulino en una reunión con la misión de observadores de la OEA, sostiene que la Corte debería archivar la demanda porque el proceso de votación ya está en marcha con el sufragio adelantado en el extranjero que arrancó el 23 de abril. Mulino está en la papeleta.
Argumentó, asimismo, que aunque la Corte fallara en contra de la candidatura de Mulino, ya no le daría tiempo para notificar, ni ejecutar su resolución antes del domingo, como exige la norma judicial.
“No entiendo, no comprendo qué pretende la Corte Suprema de Justicia: crear un laberinto jurídico, crear una situación anómala en el país”, cuestionó a The Associated Press.
Mulino advirtió el miércoles que, independientemente, de lo que decida la Corte, él seguirá con su postulación el domingo: “Soy un candidato en firme, con mis derechos plenamente vigentes y así ratificado por el Tribunal Electoral”.
Mulino ha logrado capitalizar el apoyo y las simpatías del expresidente y magnate de los supermercados Martinelli, en cuya gestión el país vivió un gran auge económico, aunque salpicado por escándalos de corrupción.
Es la primera vez que ocurre una situación así en un proceso electoral en Panamá, desde que el país de servicios y socio clave de Estados Unidos en la región, restauró su democracia tras la expulsión del dictador Manuel Antonio Noriega por la invasión estadounidense el 20 de diciembre de 1989.
Desde entonces se han celebrado seis procesos electorales sin mayores contratiempos y en los que ha prevalecido la alternabilidad del poder.
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