El nuevo presidente de Panamá, José Raúl Mulino, está comprometido con frenar la inmigración irregular que usa a su país como puente para llegar a territorio estadounidense. Así lo dijo en una visita reciente a la selva y uno de los primeros pasos que tomó tras asumir la presidencia fue la instalación de por lo menos 80 metros de alambre de puás en medio del Darién.
José Raúl Mulino, presidente de Panamá
"No voy a permitir que Panamá siga silente ante el mundo ante este enorme sacrificio. Porque esto no es más que un enorme sacrificio que nuestro país está haciendo para solucionar una crisis que no era nuestra, pero que hoy día es nuestra".
La instalación de la cerca de púas causó la reacción de la Defensoría del Pueblo de Colombia, que expresó su preocupación y pidió al gobierno panameño garantizar los derechos humanos y de asilo de los migrantes.
Julio Balanta Mina, Defensor del Pueblo de Colombia
"Tras el anuncio del gobierno panameño de cerrar los pasos fronterizos en la región fronteriza del Darién entre Colombia y Panamá, instamos al gobierno colombiano a pedir a las autoridades panameñas que recuerden la importancia de los derechos humanos, el refugio y el acceso a las necesidades básicas de los migrantes que necesitan asilo y protección internacional."
Más de medio millón de personas cruzaron el año pasado el corredor migratorio en la frontera con Colombia. La mayoría de los inmigrantes procedían de Venezuela, Ecuador, Colombia y China.
Nohitit Torres, migrante venezolana
“Esto lo tienen que cerrar desde Colombia porque nada hace el presidente de Panamá cerrando la parte de Panamá si sigue el trayecto desde Colombia”.
La administración Biden anunció hace una semana la firma de un acuerdo con Panamá de 6 millones de dólares para facilitar los vuelos de deportación desde ese país para los migrantes que no tengan una base legal para estar en Panamá. Paula Díaz, Voz de América.