El papa Francisco hizo votos este viernes por la unificación de Chipre y por el acercamiento de las iglesias católica y ortodoxa durante una visita a Nicosia, la capital de esa isla del Mediterráneo dividida hace más de cuatro décadas entre las comunidades griegas y turcas.
El Pontífice celebró una misa al aire libre en un estadio a la que acudieron unos 10.000 fieles, en su mayoría filipinos que trabajan en labores domésticas en Chipre.
Se calcula que hay solo 38.000 católicos en Chipre, alrededor del 4,7% de la población. El resto son ortodoxos en la parte griega y musulmanes en el sector turco.
En su homilía, Francisco exhortó a los chipriotas a sanar las viejas heridas y dijo que eso se logra cuando se enfrentan juntos los problemas, se escucha a los otros y se conversa.
Todos los esfuerzos de mediación en Chipre han fracasado y el proceso de paz se desplomó en 2017. Decenas de miles de chipriotas griegos y turcos permanecen internamente desplazados.
Sin embargo, el foco de la visita del Papa es promover los derechos de los migrantes e impulsar el acercamiento de las iglesias cristiana y ortodoxa. Chipre es uno de los puntos de entrada de inmigrantes que huyen hacia Europa desde el Oriente Medio y apenas puede copar con el problema.
Este viernes, Francisco se reunió con el arzobispo ortodoxo Chrysostomos II, quien invitó al Pontífice a la nueva catedral de San Bernabé para un encuentro con el Santo Sínodo, el máximo órgano de decisión de la Iglesia ortodoxa griega.
El Papa lamentó los siglos de hostilidad que han dividido a los católicos y losortodoxos y propuso las obras de caridad como un medio para ayudar a cerrar la brecha entre el Occidente católico y el Oriente ortodoxo.
En una señal de acercamiento, dos obispos ortodoxos acudieron a la misa de Francisco en el estadio de Nicosia.
[Con información de AP y Reuters]
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