En Colombia: Papa Francisco ora por los caídos en la guerra

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Visita de Papa Francisco a Villavicencio Colombia

El papa Francisco agradeció el viernes a las autoridades y jefes castrenses sus esfuerzos para lograr la paz al tiempo que rezó por las víctimas antes de partir a una zona de Colombia que estuvo asediada por los rebeldes, donde oró por los afectados del largo conflicto armado y les pidió que superen su dolor perdonando a sus antiguos agresores.

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En una ceremonia en una sección militar del aeropuerto internacional de Bogotá, Francisco valoró “lo que hacen por la paz, poniendo en juego la vida, y eso es lo que hizo Jesús. Nos pacificó con el Padre, puso en juego su vida y la entregó. Esto los hermana más a ustedes con Jesús”. Luego rezó una oración por los caídos y heridos en la guerra.

El momento más observado de su visita a la ciudad central de Villavicencio fue lo que el Vaticano había descrito como una “gran reunión de oración por la reconciliación nacional”.

Lugar del encuentro de reconciliación con el Papa Francisco en Villavicencio Colombia. Foto @papacol. Sept.8, 2017.

El encuentro fue muy emotivo para Francisco, que ha hecho de la reconciliación el tema central de su viaje de cinco días a Colombia. El Pontífice prometió el año pasado visitar el país cuando se firmó el acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

El Papa salió poco después de las 07:00 hora local (1200 GMT) de la Nunciatura Apostólica rumbo a la terminal aérea para abordar el avión hacia Villavicencio, donde beatificó a dos sacerdotes católicos asesinados durante la violencia política y guerrillera en el país.

Francisco se sentó en el puesto delantero, al lado del conductor, y dejó la ventana abierta del sedán negro para saludar a la gente a los lados de la calle.

El Papa sale de la Nunciatura en Bogotá para viajar a Villavicencio. Pidió sentarse junto al conductor y que le abran la ventana para saludar a los fieles. Sept.8, 2019. Foto: @papacol.

El momento más observado de su visita a la ciudad central de Villavicencio fue lo que el Vaticano había descrito como una “gran reunión de oración por la reconciliación nacional”.

El encuentro fue muy emotivo para Francisco, que ha hecho de la reconciliación el tema central de su viaje de cinco días a Colombia. El Pontífice prometió el año pasado visitar el país cuando se firmó el acuerdo de paz con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Como se había previsto, miles de víctimas de toda clase acudieron al acto: soldados que sufrieron mutilaciones cuando extraían minas terrestres, madres que vieron a sus hijos reclutados a la fuerza por los rebeldes para no volver jamás y campesinos expulsados de sus tierras por grupos paramilitares de derecha.

Papa Francisco escuchó testimonios de las víctimas de la violencia en Colombia, reporta Bryan Cruz:

Antes del viaje de Francisco a Villavicencio, se conoció una carta en la que el máximo jefe de la antigua guerrilla de las FARC, Rodrigo Londoño, suplicó perdón al Papa por el dolor que causaron en medio del conflicto armado y le pidió orar para que la implementación del acuerdo de paz tenga éxito.

“Es necesario que algunos se animen a dar el primer paso en tal dirección (la reconciliación), sin esperar que lo hagan otros”, dijo el Papa en la multitudinaria misa.

Entre los asistentes en el evento de Villavicencio estuvo Lucrecia Valencia, quien perdió a su esposo y a su hijo, además del brazo derecho y la pierna izquierda, cuando buscaban leña cerca de su casa. Su pueblo pasó años castigado por la violencia y ella dijo que quiere que el mundo sepa que la paz en Colombia es frágil.

Víctimas del conflicto colombiano dieron testimonios al papa Francisco durante un encuentro de reconciliación en Villavicencio, Colombia. Sept. 8 de 2017. Foto: @papacol.

Valencia señaló que es probable que la mina terrestre que trastocó su vida en 2009 fuera colocada por otro grupo rebelde, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que sigue activo en muchas partes del país.

“Estamos hartos de esa gente”, dijo la mujer, de 40 años. “Yo soy una mujer de buen corazón, no tengo nada que reclamar. Solo quisiera decirles que no queremos más guerra”.

Presidió el evento una estatua mutilada de Cristo rescatada de una iglesia bombardeada hace 15 años, quizá el más poderoso recordatorio de la violencia política que dejó más de 250.000 muertos y millones de desplazados.

Cristo de Bojayá que presidió la ceremonia de reconciliación en Villavicencio, Colombia a la que asistió el papa Francisco. Septiembre 8, 2017. Foto: @papacol.

Varios residentes de la empobrecida población de Bojayá viajaron durante días en bote, avión y autobús para llevar la modesta escultura de yeso a Villavicencio para que el Papa pueda bendecirla.

La estatua procede de una iglesia destruida por un mortero de las FARC donde 300 personas se habían refugiado durante tres días de combates entre rebeldes, ejército y paramilitares. Al menos 79 personas murieron y 100 resultaron heridas en el ataque de 2002.

Hoy la pequeña localidad es un modelo de reconciliación que votó por abrumadora mayoría a favor del plan de paz del presidente Juan Manuel Santos e incluso dio el poco habitual paso de dar la bienvenida a las FARC, cuyos líderes han visitado dos veces la población para pedir perdón y desarrollar proyectos en beneficio de la comunidad.

Antes, en una misa en Villavicencio, Francisco beatificó a dos sacerdotes muy asociados al conflicto colombiano.

El papa Francisco durante la misa de beatificación de dos sacerdotes colombianos asesinados por rebeldes. Villavicencio, Colombia. Sept. 8, 2017. Foto: @papacol.

El reverendo Pedro Ramírez fue asesinado en los turbulentos días tras el asesinato en 1948 del líder izquierdista Jorge Eliécer Gaitán, un asesinato que marcó el inicio del descenso de Colombia en la violencia política, que terminó llevando a que campesinos pobres excluidos por un sistema político dirigido por élites se volcaran a las armas.

Los sacerdotes en la localidad de Armero, en el centro de Colombia, dijeron que Ramírez fue sacado a rastras de la iglesia, desnudado y atacado con machetes por una turba de seguidores enfurecidos de Gaitán que lo acusaron de proteger a sus enemigos terratenientes conservadores.

El obispo Jesús Jaramillo, murió en 1989 en la ciudad oriental de Arauca baleado por rebeldes del ELN, con los que chocó por motivos teológicos. El ELN fue fundado por sacerdotes y seminaristas inspirados en la teología de la liberación -que buscaba identificar a la Iglesia con los pobres y excluidos- y vieron en el conservador pero carismático Jaramillo un posible rival en la influencia sobre los campesinos y trabajadores de la región.

El Papa argentino dijo que los dos nuevos beatos deben ser vistos como “una expresión de un pueblo que desea salir del pantano de la violencia y el rencor”.

Villavicencio es también un lugar que fue elegido para reflexionar sobre otra de las preocupaciones del Papa durante su estancia en Colombia: el medioambiente. Allí el papa sembró un árbol por la paz.

Situada al borde del bosque amazónico, la antigua zona rural se vio transformada por un auge económico cuando el declive del conflicto y un aumento en los precios de las materias primas atrajeron el interés de empresas petroleras y multinacionales agrícolas a zonas antes vedadas.

Con la paz se espera que la transformación de terrenos se intensifique, poniendo aún más presión sobre el delicado entorno colombiano, uno de los más diversos del mundo y que tiene más especies de aves que ningún otro país.

El papa Francisco viaja el sábado a Medellín y el domingo a Cartagena, las dos últimas escalas de su histórica visita a Colombia.